martes, 21 de septiembre de 2010

La Unión Europea afronta dividida el futuro de las ayudas agrícolas

BRUSELAS.- La UE encara la futura reforma de las ayudas a los agricultores dividida entre Estados defensores de un presupuesto fuerte, como Francia y Alemania, y quienes piden limitar una política tachada de proteccionista que emponzoña las relaciones comerciales con terceros países.

Reunidos este martes en las afueras de Bruselas, los ministros europeos de Agricultura constataron que el camino hacia un compromiso sobre cómo debe ser la Política Agrícola Común (PAC) en el próximo presupuesto de la Unión Europea (2014-2020) estará plagado de obstáculos.

"Será un intenso debate", vaticinó la ministra alemana del sector, Ilse Aigner, de cara a las propuestas que la Comisión Europea presentará el 17 de noviembre a los Estados miembros sobre las grandes líneas de esa reforma.

La PAC representó casi 60.000 millones de euros en 2009, es decir, el 40% del presupuesto de la UE, beneficiando sobre todo a Francia, Alemania y España.

Francia, cuyo presidente, Nicolas Sarkozy, quien prevenido de que está dispuesto a una "crisis" en Europa con tal de mantener unas ayudas fuertes, aseguró este martes haber reunido el apoyo de la mayoría de los Estados miembros.

La posición de París, expresada en una declaración conjunta con Alemania divulgada la semana pasada, "reúne detrás a más de 20 de los 27 Estados" miembros de la UE, afirmó el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire. En esa declaración, las dos potencias reclaman una PAC de peso que cuente con instrumentos de regulación para compensar las fluctuaciones de los precios de las materias primas en los mercados.

"Es una posición equilibrada", defendió Le Maire, mientras su homólogo polaco, Marek Sawicki, fustigaba la declaración porque rechaza modificar el sistema de distribución de ayudas por países, que los Estados del Este estiman beneficia a los miembros más antiguos de la UE.

La declaración franco-alemana es "muy conservadora, defiende los intereses de los agricultores franceses y alemanes, pero no los de otros países", criticó Sawicki.

Los ministros de Agricultura acordaron este martes mantener la estructura actual de la PAC, incluidas las ayudas directas a los agricultores y los instrumentos reguladores, pese a que Gran Bretaña insiste en que éstas deberán desaparecer a medio plazo.

Pero sobre la forma de calcular y distribuir las ayudas directas "no hay consenso", admitió la Presidencia rotativa de la UE, ocupada por Bélgica, por no mencionar los montantes, un punto que todavía suscita más discordia y que los 27 prefieren abordar una vez haya un acuerdo sobre el resto.

Francia, por ejemplo, no logró que Alemania aceptara abogar por mantener el dinero actual de la PAC en su declaración conjunta, que expresó simplemente que "los recursos deben estar a la altura de (las) ambiciones" de los países.

París, no obstante, previene de que no transigirá y frente a la reivindicación de socios como Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca y Holanda de reducir el peso de las subvenciones, en nombre de la liberalización comercial, Le Maire advirtió de que "no habrá una revolución de la PAC".

Las ayudas agrícolas de la UE han sido objeto de controversia internacional y señaladas como una de las causas de que las tratativas para la liberalización del comercio mundial sigan encalladas en el marco de la ronda de Doha.

También son cuestionadas por los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay), que estiman que las subvenciones penalizan sus productos agrícolas y entorpecen la conclusión de un tratado de libre comercio con la UE, cuyas negociaciones fueron reactivadas en mayo tras seis años de suspensión.

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