Esos créditos dudosos sumaron 100.475 millones de euros en julio, un 5,47% del total de los créditos, contra 5,35% en junio, según las estadísticas del Banco de España.
Este índice es el más elevado desde marzo de 1996, según cálculos efectuados por varios medios españoles.
La situación de los bancos españoles suscitó grandes inquietudes a principios de verano, debido a las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria, a la profunda recesión que atravesó el país, y al encarecimiento del coste del crédito español.
Sin embargo, una ola de racionalización y de fusiones en el sector bancario (sobre todo entre las cajas de ahorro más pequeñas y vulnerables) generó un retorno a la calma en los mercados, también estimulado por los buenos resultados en España de las pruebas de resistencia a las que fueron sometidos los bancos europeos.
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