En este sentido, destacan que la confianza en China ha pasado de una tendencia bajista a una alcista de forma significativa en tan sólo un mes, como demuestra que el 11% de los inversores creen ahora que la economía china se fortalecerá en los próximos meses, el dato más positivo desde mediados de 2009, lo que contrasta con el 19% que en agosto pensaba que se debilitaría. Esta confianza se ha traducido además en una vuelta de los inversores al mercado chino.
En general, los mercados globales emergentes han mantenido su posición como la región más favorable para la inversión y han ampliado ligeramente su ventaja sobre la zona euro. Por su parte, la confianza se mantiene neutra en términos generales para Estados Unidos, Reino Unido y la eurozona, mientras que los encuestados se han mostrado más pesimistas con Japón.
El responsable global de estrategia de valores de BofA-Merrill Lynch, Michael Hartnett, destacó que este "renovado optimismo" sobre el crecimiento de la economía china aporta algo de esperanza respecto a la mejora de confianza de los inversores en los próximos meses, pero advierte que aún hay que ver si China es "un catalizador suficiente para operar el cambio".
Por su parte, el responsable europeo de estrategia de valores de BofA-Merrill Lynch, Gary Baker, recalcó que, "pese al moderado apetito por el riesgo, dos de cada tres inversores ven los valores europeos como baratos, la lectura más alta desde febrero de 2003".
En este sentido, la encuesta confirma que los inversores se acercan el último trimestre del año con un "elevado sentido de la prudencia". Una de las señalas del bajo apetito por el riesgo es el gran número de inversores que consideran al mismo tiempo que las acciones están infravaloradas (un 38% de los encuestados) y los bonos sobrevalorados (un 68% de los participantes).
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