"Si las instituciones no logran ponerse de acuerdo sobre la tasa (...), estoy seguro de que lograremos reunir el millón de firmas necesarias. No puede ser que al final de la crisis todo empiece de nuevo y los más pequeños paguen los errores de los grandes", declaró en rueda de prensa.
La idea de un impuesto sobre las transacciones financieras inspirado en la llamada Tasa Tobin, para amortiguar futuras crisis, recibió el apoyo de los líderes europeos en la última cumbre, pero el asunto está paralizado, según se quejó Schultz.
El nuevo instrumento ciudadano prevé que Bruselas estudiará medidas que reciban el apoyo popular de al menos un millón de firmantes procedentes de un tercio de los países de la UE (nueve Estados miembros en la Europa de los 27), pero aún quedan cuestiones pendientes de aclaración sobre su base jurídica para que el mecanismo se aplique.
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