martes, 7 de septiembre de 2010

Masivas manifestaciones en Francia contra la reforma de las jubilaciones

PARÍS.- Más de un millón de personas, según el gobierno, y cerca de tres millones, según los sindicatos, tomaron este martes las calles de Francia en una nueva jornada de protestas y huelgas contra el proyecto del presidente conservador Nicolas Sarkozy de elevar la edad mínima de jubilación.

Ocho sindicatos convocaron a más de 200 manifestaciones en todo el país contra una reforma que califican de "injusta".

Las evaluaciones variaban, pero en todos los casos daban la pauta de una movilización gigantesca para oponerse a un proyecto que prevé elevar de 60 a 62 años la edad mínima legal para poder jubilarse y de 65 a 67 para hacerlo con una pensión completa.

El ministerio del Interior cifró la participación en todo el país en 1.120.000 personas, en tanto que los sindicatos la situaban en más del doble: 2,5 millone,s según la CFDT; 2,735 millones, según la CGT (principal central gremial del país); y 3 millones, según Solidaires.

En la precedente jornada de protestas, el 24 de junio, 800.000 manifestantes, según la policía, y dos millones, según los sindicatos, salieron a la calle en toda Francia para rechazar esa reforma.

En París, una imponente columna liderada por los principales dirigentes sindicales partió de la Plaza de la República, a primera hora de la tarde detrás de una enorme pancarta que rezaba "Jubilaciones solidarias, empleos, salarios, un problema social".

Banderolas y globos multicolores de los gremios salpicaban en una tarde nublada las columnas de manifestantes, con nutrida presencia femenina, como un grupo de siete compañeras de trabajo procedentes de la periferia sur de París dispuestas a defender la jubilación a los 60 años, conquista emblemática de la presidencia del socialista François Mitterrand (1981-1995).

Marie, una de ellas, trabajadora desde hace 37 años, confesaba la "falta de entusiasmo" que tiene desde que el gobierno anunció que a partir de 2018 elevará a 62 años la edad mínima para jubilarse.

La jornada había comenzado con una huelga en la administración -hospitales, correos, empleados y docentes- y los transportes públicos -trenes, autobuses y metros-, transporte aéreo, servicio audiovisual público y sector privado como bancos o empresas como la petrolera Total. El cese de actividades oscilaba entre el 22% y el 42%, según la dirección, y hasta el 80%, según los sindicatos.

Esta movilización "hará reflexionar al gobierno", afirmó el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, al canal privado de televisión TF1, antes de precisar que la intersindical se reunirá el miércoles para estudiar los pasos a seguir. Thibault no descartó un llamamiento a una huelga general.

Tras él, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, debilitado desde hace tres meses por un escándalo fiscal que lo vincula a una de las mayores fortunas de Francia, y que este mismo día defendió la reforma en la Asamblea Nacional (cámara de diputados), repitió: "si queremos seguir pagando las jubilaciones, debemos reformar el sistema de jubilación".

"Es un deber de Estado", sostuvo Woerth antes de quejarse: "hace tres meses me denigran todos los días".

Woerth anticipó que el miércoles se reunirá con el presidente Sarkozy antes del consejo semanal de ministros.

A través de responsables de su partido, la UMP, el jefe de Estado indicó el martes que mantendrá "firme" el aumento de la edad mínima, principal punto de una reforma considerada una "prioridad absoluta" de lo que resta de su mandato hasta 2012, pues, afirma, permitirá salvar un sistema amenazado por el aumento de la esperanza de vida y las consecuencias de la crisis económica.

Según datos de un organismo independiente, la crisis de 2008 triplicó el déficit del sistema de jubilaciones en 2010 a 32.000 millones de euros (39.000 millones de dólares).

La oposición de izquierda y verde respaldó las movilizaciones del martes en Francia, que con más de 15 millones de jubilados, es uno de los países europeos donde la edad mínima para tener derecho a jubilarse es más baja, aunque eso sí, habiendo trabajado 40 años.

"Si no responden ni prestan atención, habrán más (protestas) y no se descarta nada en esa etapa", dijo Bernard Thibault, líder del influyente sindicato CGT, en un acto en París.

Thibault dijo luego al canal de noticias TF1 que los líderes sindicales se reunirían el miércoles por la tarde y que si no tienen una respuesta favorable del Gobierno podrían decretar otro paro.

Las protestas redujeron a un 50 por ciento los servicios de trenes en Francia y afectaron el metro en París, aunque no tanto como se temía inicialmente. En el aeropuerto de la capital uno de cada cuatro vuelos fueron cancelados.

Los analistas dudan de que las protestas masivas sean suficientes para lograr más que algunas concesiones marginales en aspectos fundamentales de la reforma.

Los puntos esenciales incluyen atrasar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años y aumentar de 65 a 67 la edad en que las personas pueden reclamar una pensión completa, como parte de un plan para equilibrar las finanzas del sistema antes de 2020.

"Para los sindicatos, hoy es una victoria en términos de participación", dijo Jean-François Doridot, de la encuestadora IPSOS.

"Pero el punto es progresar en el borrador de la ley, para hacer cambios al texto, para lo que van a encontrar dificultades. Por eso podemos hablar de una victoria más simbólica que real", opinó.

Mientras transcurrían las manifestaciones, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, golpeado por un escándalo sobre supuestos conflictos de intereses y donaciones políticas ilegales, defendió su reforma a las pensiones en el Parlamento, que aprobaría la ley el mes próximo.

Woerth dijo que se reuniría con Sarkozy y el primer ministro François Fillon a primera hora del miércoles antes de una reunión de gabinete.

"El presidente hará (luego) una declaración en el consejo de ministros sobre las propuestas que haremos al texto de la reforma", dijo Woerth a TF1.

Una sesión de preguntas en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento, tuvo que ser interrumpida brevemente cuando diputados comunistas protestaron frente al ministro.

Según los sondeos de opinión, dos tercios de los votantes creen que el plan de Sarkozy es injusto y apoyan la huelga, pero dos tercios también piensan que la jornada de paros no tendrá consecuencias.

"Nunca en la historia de las encuestas el pueblo francés ha estado tan convencido de que hay una injusticia social", dijo el analista político Roland Cayrol, de la universidad de Ciencias Políticas de París.

Con los niveles de aprobación de Sarkozy cerca de mínimos históricos, el Gobierno está presionado para ceder un poco de terreno. Woerth dijo que podría hacer concesiones en cuestiones secundarias, como la jubilación anticipada para aquellos con trabajos más físicos o que empezaron a trabajar más pronto.

El malestar sindical se hace eco de medidas similares adoptadas en otros países europeos contra planes de austeridad impuestos para reducir los déficit presupuestarios alimentados por la crisis económica de 2008 y 2009.

En España hay una huelga general convocada para el 29 de septiembre, mientras que ya se han realizado otras en Grecia, Italia y Rumanía contra los dolorosos recortes salariales a funcionarios y en el gasto público.

La mayoría de las grandes economías europeas tienen una edad oficial de jubilación de 65 años. Algunos como Alemania, España y Gran Bretaña tienen previsto retrasarla gradualmente hasta los 67 o más allá.

Pero la edad efectiva de jubilación en Francia es similar a la de sus vecinos, según la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo.

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