La firma indica que la crisis financiera global de los años 2008 y 2009 ha causado un serio daño a largo plazo a la cuenta de resultados del Gobierno británico y que la perspectiva económica del país es más desafiante por el desapalancamiento del sector privado.
Asimismo, la agencia de calificación de riesgos apunta a la incertidumbre sobre el estado del sector financiero y la ralentización de los socios económicos de Reino Unido, que no ayudan a reconducir la tasa de crecimiento, según indica el analista jefe de Moody's para el Reino Unido, Kenneth Orchard.
"Sin embargo, Moody's considera que el Reino Unido tiene los medios y la habilidad para afrontar estos retos, al tiempo que mantiene su calificación de triple A", concluye la firma.
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