miércoles, 22 de septiembre de 2010

Morin pide una "regeneración permanente" del ser humano, mientras haya tiempo

FORTALEZA.- El filósofo francés Edgar Morin desgranó su visión "pesi-optimista" del mundo al inaugurar una conferencia de la Unesco en la que instó a la humanidad a iniciar un proceso de "regeneración permanente", pues "lo que no se regenera, se degenera y muere".

Morin, de 89 años, afirmó que pese a las amenazas permanentes de guerras y "la inminencia de una catástrofe climática", hay "caminos de esperanza" que pasan por una "reforma total del pensamiento", de los modelos políticos y económicos y de los actuales patrones de consumo, para "poner fin a la lógica de la dominación".

El autor de "El método", entre otras obras sobre sociología, política, epistemología y antropología, participó en la inauguración de un seminario sobre los "Siete saberes para la educación", que formuló hace una década a pedido de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El encuentro, que será clausurado el próximo viernes, reunió en la ciudad brasileña de Fortaleza a 1.500 educadores de Argentina, Bolivia, Colombia, España, Francia, México y Perú, entre otros países.

En su intervención, Morin analizó el proceso de globalización, del que aseguró que "tiene todo lo peor y lo mejor" del ser humano.

"Es un proceso de destrucción del mundo, pero también es la gran oportunidad para crear definitivamente una sola patria terrestre y ambivalente", aunque eso obliga a "una reforma del pensamiento que vincule todas las disciplinas del saber", hasta ahora atomizadas en diversas áreas aisladas entre sí, sostuvo.

Morin consideró que la educación debe ser "multidisciplinaria" y "acabar con los compartimentos estanco", de modo de "unificar todas las áreas del saber y del conocimiento", de las cuales muchas "están reservadas para una pequeña elite".

En su opinión, "el saber disciplinado impide ver los problemas fundamentales del ser humano" y origina "certidumbres" muchas veces equivocadas, entre las que citó la corriente del neoliberalismo, de la que dijo que no pasó de ser una "mera ilusión" construida por los grandes intereses políticos y económicos globales.

El que está considerado como uno de los grandes maestros del pensamiento contemporáneo, también puso el dedo en la llaga de los actuales modelos de desarrollo, "que han sido concebidos como una fórmula estándar de destrucción cultural" y generan "riqueza sobre la construcción constante de una pobreza mayor", afirmó.

Sobre esos modelos, sostuvo además que están "contaminados por el veneno de la incomprensión, los individualismos y los egocentrismos" que alimenta la "insaciable sed de ganancia" del capitalismo.

"Uno de los saberes más importantes es el de la comprensión, que precisa de análisis y empatía, y no la explicación, que siempre es subjetiva y moldeable", indicó Morin.

El intelectual incidió en esa idea al afirmar que "en el mundo no hay comprensión para los extranjeros, para los otros pueblos u otras culturas, así como no hay comprensión en las familias o en los círculos de trabajo, que se basan en la lógica de la dominación".

Para Morin, "cuando un sistema no tiene más poder para resolver sus problemas fundamentales, se destruye y entra en metamorfosis", lo cual pudiera sugerir que la humanidad y el propio planeta pueden estar "a las puertas del fin de la historia".

Sin embargo, en su visión de la actual "era planetaria", dejó espacio para el optimismo y se manifestó convencido de que el mundo "está a tiempo de comenzar una historia diferente".

Para eso, propuso rescatar "el papel y el valor ético y social del conocimiento", dotar "a la ciencia de más conciencia" y "educar para la paz", que "no es enseñar que eso es mejor que la guerra, sino educar para lidiar con la incertidumbre que cada día enfrentan el individuo y las sociedades".

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