lunes, 18 de octubre de 2010

El Gobierno francés no cede pese al aumento de las protestas

PARÍS.- Los camioneros franceses protagonizaron caravanas en las autopistas, hubo cancelaciones en los ferrocarriles y muchas gasolineras se quedaron sin combustible el lunes, a medida que las protestas cobraban intensidad antes de la votación en el Senado de una impopular reforma de las pensiones. 

Las protestas aumentarán el martes, complicando desde los viajes aéreos hasta el correo, ya que los sindicatos que se oponen al plan del presidente, Nicolas Sarkozy, de retrasar la edad de jubilación, han vuelto a convocar una manifestación masiva contra la impopular ley de pensiones.
Con una votación final del Senado prevista para el miércoles, ésta podría ser una semana de todo o nada para la reforma de Sarkozy.
El Gobierno de centroderecha, que se ha mantenido firme durante meses de protestas, aseguró que las infraestructuras públicas no se verían paralizadas pese a una huelga en refinerías de una semana de duración que ha dejado sin suministros a cientos de las aproximadamente 12.500 estaciones de servicio.
"La situación es crítica", dijo una portavoz de Exxon Mobil. "Cualquiera que busque gasóleo en las regiones de París y Nantes tendrá problemas".
Sarkozy, que se encontraba en la ciudad costera de Deauville, en el norte del país, en una cumbre con los líderes de Alemania y Rusia, dijo que no daría un paso atrás.
"La reforma es esencial y Francia está comprometida con ello y seguirá adelante como hicieron nuestros socios alemanes", dijo a la prensa tras reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel.
Sólo el 13 por ciento de los trabajadores de ferrocarriles mantuvieron el lunes la semana de paros, pero los trabajadores de las 12 refinerías de Francia continuaron su huelga y los manifestantes bloquearon el acceso a muchos depósitos de combustible en todo el país.
El lobby de la industria petrolera francesa, UFIP, ha dicho que el país podría sufrir graves problemas de suministro de combustible a mediados de semana, lo que significa que el Gobierno podría tener que recurrir a las reservas de emergencia.
La DGAC, que regula el transporte aéreo, instó a la aerolíneas a reducir en un 50 por ciento los vuelos del martes al aeropuerto parisino de Orly, y en un 30 por ciento a todos los demás aeropuertos.
El martes será el sexto día de grandes paros y manifestaciones callejeras convocado por las confederaciones de sindicatos desde junio, pero las protestas se han intensificado desde la semana pasada, cuando los sindicatos ferroviarios y las refinerías comenzaron con sus paros de actividad industrial, a los que se han sumado ahora los camioneros y trabajadores de repartos.
Los ministros de Gobierno subrayaron que el país tiene suficiente combustible y que los aeropuertos en particular tienen amplios suministros.
"El Gobierno controla la situación", dijo el lunes el ministro de Industria, Christian Estrosi, a la radio RTL. "No habrá bloqueos en compañías, ni bloqueos en el transporte ni bloqueos para los automovilistas".
Hasta 1.800 gasolineras se han quedado sin combustible en los últimos días. Las gasolineras de supermercados señalaron que entre 500 y 1.000 de sus negocios se habían visto afectados el lunes. Total señaló que 400 de sus estaciones de servicio se habían visto afectadas, y Esso indicó una cifra similar.
En una gasolinera vacía en la avenida de los Campos Elíseos de París, su directora Paula dijo que había pasado gran parte de la mañana intentando impedir que los conductores descolgaran las mangueras de gasolina de los surtidores.
La Agencia Internacional de la Energía, que supervisa las reservas estratégicas de petróleo en los países de la OCDE, dijo que el viernes, Francia tenía 98 días de combustible entre las reservas de la industria y las del Estado, y que el país había empezado a acudir a las reservas de la industria.
Una mayoría de franceses - el 71 por ciento según una encuesta reciente - respalda las protestas contra la legislación prevista para retrasar la edad mínima y de jubilación completa dos años, a 62 y 67 respectivamente, una medida que el Ejecutivo asegura es la única forma de contener un déficit en las pensiones cada vez más inflado.
Jerome Sainte-Marie, de la encuestadora CSA, señaló que eso indica el precio que pagaría el Gobierno si sigue adelante, pero que las elecciones presidenciales y legislativas están a cierta distancia.
"No es seguro que este precio político dure hasta 2012", dijo al diario Le Parisien.

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