martes, 19 de octubre de 2010

El debate sobre la inmigración divide al Gobierno alemán

BERLÍN.- La crítica de la canciller alemana, Angela Merkel, respecto a que el multiculturalismo ha fracasado en su país, provocó el martes un disputa gubernamental sobre si el país debe permitir el ingreso de más inmigrantes cualificados que la industria dice necesitar con urgencia.

El ministro del Interior, Thomas de Maiziere, desestimó las peticiones en este sentido de otros tres ministros del Gabinete, que dijeron que Alemania debe relajar sus leyes de inmigración porque el país se enfrenta a una fuerte escasez de mano de obra cualificada porque su población se reduce.
"Todos vienen con propuestas sin entender la situación (...) las leyes existentes son lo bastante flexibles", dijo de Maiziere, una influyente voz conservadora entre los Demócratas Cristianos (CDU) de Merkel, en referencia a las demandas de otros ministros.
"Los empleadores que necesitan trabajadores cualificados deben salir al mundo y reclutarlos (...) y luego les ayudaremos con la inmigración. Al revés no funcionará", añadió.
La disputa se produce en un momento difícil para el jefe de Estado alemán, Christian Wulff, en visita oficial de cinco días a Turquía. Wulff, el primer presidente alemán que visita Turquía en una década, ha instado a su país a aceptar a los musulmanes como parte integral de la sociedad.
Hay unos de cuatro millones de musulmanes en Alemania, un país de 82 millones de habitantes. La mayoría de ellos provienen de Turquía.
La posición de Wulff avivó un debate nacional sobre la inmigración e integración que se ha producido desde que un ex funcionario del banco central, Thilo Sarrazin, publicó un libro que ofrece una mirada crítica a inmigrantes turcos y árabes.
Al principio se acusó a Sarrazin de incitar al racismo, pero después de que las encuestas de opinión mostraron que una gran mayoría de los alemanes respaldaban sus opiniones, algunos líderes conservadores de los demócratas cristianos de Merkel comenzaron a mostrar una línea más dura ante la inmigración.
Merkel dedicó mucho tiempo a intentar acomodar a ambas partes, hablando con dureza sobre la inmigración pero también diciendo que los alemanes deben aceptar que las mezquitas se han convertido en parte de su paisaje.
Después de que su respaldo se desplomase, Merkel parece haber adoptado una visión más conservadora sobre el tema.
"Esta estrategia (multicultural) ha fracasado, fracasado por completo", dijo la canciller en una concentración política durante el fin de semana.

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