BRASILIA.- El real brasileño rompió el jueves la barrera de 1,7 unidades por dólar por primera vez desde septiembre de 2008, cuando la crisis financiera internacional frenó su avance, aumentando la preocupación de autoridades y exportadores por el impacto sobre la economía local.
La moneda brasileña, que cerró a 1,6912 unidades por billete verde (+0,76%), se ha visto fuertemente presionada al alza por un masivo ingreso de divisas para colocaciones en bolsa principalmente, todavía más acentuado desde la semana pasada, al lanzarse al mercado las nuevas acciones la petrolera de mayoría estatal Petrobras.
"Con el mantenimiento del saldo positivo del flujo de capital extranjero, la expectativa es que la tasa de cambio (del dólar frente al real) continúe en bajada", estimó el jueves Walpires Corretora.
Sin embargo, "el dólar está en bajada no sólo en relación al real, sino en relación a varias monedas mundiales. El problema es que el dólar está perdiendo valor, en lo que el ministro (de Economía) Guido Mantega llamó 'guerra cambiaria'", señaló el profesor Antonio Carlos Alves, coordinador de estudios económicos con énfasis en Comercio Internacional de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo (PUC-SP).
"Las medidas que el gobierno puede tomar (para controlar la apreciación del real) no van a alterar sustancialmente el problema, porque es un problema relacionado al dólar y al sistema monetario internacional", agregó.
Esta semana, Mantega afirmó que el mundo está "en medio de una guerra de divisas internacional", que amenaza la competitividad de los productos de Brasil, que es el mayor exportador mundial de café y azúcar y el segundo vendedor de carne y soja en grano.
Sin embargo, Alves considera que mientras China continúe con su buen desempeño económico y siga comprando a Brasil sus materias primas, el nivel de exportaciones brasileño no debe sufrir en demasía. Pero los sectores industriales sí "podrán verse seriamente afectados si el dólar continúa cayendo", advirtió.
En este sentido, el sector industrial del Estado de Sao Paulo, principal polo manufacturero de América Latina, advierte desde hace un tiempo sobre cómo la valorización del real está dificultando sus exportaciones y aumenta el ingreso de productos importados a Brasil. "No podemos dejar que el cambio se diluya más", advirtió esta semana el presidente de la Fiesp, Benjamin Steinbruch.
Para tranquilizar al sector, Mantega afirmó que el gobierno dispone de "un arsenal" de medidas para contener la desvalorización del dólar, aunque no dio mayores detalles.
"Una de las medidas que podría tomar -pero no va a tomar- es reducir los gastos de consumo del gobierno. Si se hace un ajuste por el lado fiscal influiría de manera más inteligente sobre la tasa de cambio" a largo plazo, estimó Alves.
"Pero si se toman medidas de corto plazo (como alterar el impuesto a las inversiones extranjeras), puede que en un primer momento tenga algún impacto pero no resuelve el problema", destacó.
Además de comprar divisas en el mercado local, el gobierno determinó el lunes que el Fondo Soberano de inversiones, creado para buscar mejores rendimientos que las inversiones tradicionales, podrá comprar y hacer colocaciones en moneda extranjera como una forma de contener el tipo de cambio.
En los primeros ocho meses del año, Brasil registró un superávit comercial de 11.673 millones de dólares, una caída del 41,6% sobre igual período de 2009, con una sostenida caída en la participación del mercado estadounidense y europeo.
"Este año y el próximo, aunque se tenga una disminución de las exportaciones, eso no va a generar un desequilibrio peligroso en la balanza de pagos que colocaría al país en una situación de crisis cambiaria", gracias al alto volumen de reservas internacionales y una política económica sólida, destacó Alves.
Según el catedrático, es muy probable que la situación cambiaria sea uno de los temas centrales en la reunión de noviembre del grupo de los 20 países ricos y emergentes, G20.
En lo que va del año, el real acumula ganancias del 3,06%.
Sobre el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que en 2007 inició su segundo mandato tras asumir en 2003, el real se apreció un 108,9%, pasando de 3,533 por dólar a su valor actual. Solo en 2009 la apreciación fue del 32,7% con respecto al dólar.
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