domingo, 24 de octubre de 2010

El acuerdo del G-20 contiene fermentos de nuevas fricciones monetarias

SEÚL.- Los responsables económicos del G20, reunidos en Corea del Sur, declararon una tregua en la 'guerra de las divisas' pero el acuerdo logrado, y en particular la reforma del FMI, parece contener los fermentos de nuevos fricciones. 

En esta reunión preparatoria de la cumbre del G20 el 11 y 12 de noviembre en Seúl, países ricos y emergentes se han comprometido a limitar los desequilibrios de sus cuentas corrientes y a abstenerse de intervenir para devaluar sus monedas, acuerdo que se basa en las propuestas norteamericanas.
En un clima enrarecido por los riegos de guerra de divisas, el G20 Finanzas abogó por unos sistemas de tasas de cambio "más determinadas por el mercado" y por "resistir a todas las formas de medidas proteccionistas", compromisos saludados por los analistas.
El G20 aprobó asimismo una reforma esperada desde hace mucho sobre el sistema de Gobierno del Fondo Monetario Internacional (FMI), "la mayor jamás adoptada" según su director general, Dominique Strauss-Kahn.
El proyecto de reforma, pendiente de validación por el Consejo de Administración del FMI, aumenta las sillas de los países emergentes en su Consejo de Administración en detrimento de los países europeos y amplía las atribuciones en materia de vigilancia de las políticas económicas de los Estados.
Para Domenico Lombardi, ex miembro del Consejo de Administración del FMI y del Banco Mundial, las conclusiones del G20 suenan como a victoria del secretario estadounidense de Finanzas, Timothy Geithner, que había recordado con firmeza que los desequilibrios por cuentas corrientes amenazan a la economía mundial.
"El consenso en el G20 se desplazó hacia la posición estadounidense, pero sin fijar límites cuantificados de esos desequilibrios es improbable que este compromiso tenga efectos vinculantes", estimó Lombardi.
"Los chinos se habían comprometido a una mayor flexibilidad de la tasa de cambio del yuan antes de la cumbre de Toronto (del G20 en junio) pero poco han hecho desde entonces", añadió.
Mientras que Estados Unidos acusa a China de mantener el yuan a un nivel artificialmente bajo, numerosos países emergentes se quejan de la política monetaria norteamericana que hace caer el dólar y encarece sus exportaciones al tiempo que atrae capitales volátiles y especulativos.
Geithner aseguró sin embargo el sábado al término de los debates que es favorable a un "dólar fuerte" y pidió una "apreciación gradual de las divisas de los países con fuerte excedente comercial".
Para Marco Annunziata, economista del Unicredit Group en Londres, el acuerdo suscrito el sábado "contribuirá a calmar los temores de los mercados frente a una guerra de divisas".
Annunziata es más reservado sobre la reforma y el papel ampliado del FMI "que ya se encargaba de vigilar los desequilibrios de las balanzas pero sin poder coercitivo".
Algunos ministros indicaron claramente que el optimismo no venía a cuento en la inauguración de esta cita del G20.
"Llegamos a Gyeongju llenos de aprensión y nos vamos llenos de esperanza", reaccionó Christine Lagarde, ministra francesa de Economía.
"Nadie se esperaba realmente" los avances obtenidos en materia de cambios y en la reforma del FMI, dijo el ministro británico de Finanzas, George Osborne.
El presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, amenazó con humor el viernes con cortar todos los medios de transporte a Gyeongju hasta que no hubiera acuerdo.
"¿Durará el impacto positivo (del acuerdo de Gyeongju)? Esto estará condicionado al cambio en las políticas nacionales con el fin de estar en conformidad con los términos del acuerdo", subrayó Annunziata.
Y advirtió que si no se hace efectivo, todo esto será considerado una simple declaración de principios".

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