martes, 5 de octubre de 2010

El FMI advierte de los problemas en la banca alemana y en las cajas españolas

WASHINGTON.- La banca causó la crisis y la banca es el talón de Aquiles de la recuperación económica. Eso vale para todo el mundo, pero sobre todo para Europa, donde el revés en los mercados de deuda ha añadido fragilidad a los balances bancarios. Y dentro de Europa, los dos focos de potenciales problemas en las finanzas -junto con casi todo lo que procede de Irlanda- son los bancos regionales alemanes y las cajas españolas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estrena hoy en Washington su reunión de otoño con un Informe de Estabilidad Financiera que vaticina, además de esas dificultades que afectan a España, una recuperación "más lenta" de lo esperado hace apenas unos meses. 

Y sobre todo deja una inquietante advertencia en el aire: "Ha aumentado la probabilidad de que se produzca una coincidencia nefasta de contracción del crédito, desaceleración del crecimiento y debilitamiento de los balances [bancarios]". El FMI se reinventa así como Casandra frente a quienes consideran que lo peor ya ha pasado.

Los emergentes funcionan -y en esos países el riesgo es la formación de burbujas-, mientras que en el mundo rico los problemas no solo persisten, sino que incluso se reavivan. Incertidumbre y vulnerabilidad son las dos palabras que más se repiten en el informe del FMI para describir la situación del sector financiero. La banca mundial se enfrenta a un 2011 y 2012 muy duros, en los que las entidades financieras deben refinanciar una deuda de más de tres billones de euros: más de tres veces el PIB de España. Eso después de haber acumulado pérdidas por valor de 1,7 billones desde que empezó la crisis, según el informe que presenta hoy el español José Viñals, director de mercados monetarios y de capitales del Fondo.

La banca norteamericana necesitará capital adicional y puede enfrentarse a nuevas dificultades por el interminable pinchazo que persiste en el mercado inmobiliario. Pero el Fondo es especialmente puntilloso con Europa, donde los problemas en el mercado de deuda -y el fundamentalismo a favor de la austeridad-han debilitado el crecimiento e incrementan los riesgos vinculados al sector bancario. 

El FMI identifica los mayores problemas en bancos de tamaño mediano y en los de los países con mayores presiones en el mercado de deuda -Grecia, Irlanda, Portugal y en menor medida España-, cuyas entidades financieras "tienen limitado el acceso a los mercados de capital y deben hacer frente a costes [en el acceso a la financiación] cada vez mayores". Eso es del todo válido para las pequeñas y medianas entidades españolas, casi sin excepción.

"Es importante que los planes de reestructuración que han anunciado algunos países se apliquen con todo el rigor. Particularmente en segmentos del sector financiero en los que se ha puesto en peligro el modelo de negocio", dice el estudio. El FMI pone dos ejemplos: los landesbanken alemanes (los bancos regionales, a los que se puede añadir la desastrosa situación de las entidades locales) y las cajas españolas deben acometer con rapidez una dura reestructuración que incluye una reducción de la capacidad -el cierre de oficinas, que ya ha empezado en España-y en algunos casos una recapitalización adicional, además de asegurarse un "acceso estable" a los mercados para refinanciarse cuando lo necesiten para evitar problemas. 

"La banca alemana presenta debilidades en cuanto a su rentabilidad. Las cajas españolas están sufriendo una reforma sustancial y el exceso de capacidad se está viendo reducido", indica el informe del FMI, que recomienda a los bancos centrales que mantengan las medidas extraordinarias de apoyo al sector financiero. En plata: más medicina -barra libre de liquidez y demás- para una banca que no acaba de sanar y cuyas carencias, que se traducen en la falta de crédito, complican una recuperación anémica, a juicio de 'El País'.

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