martes, 5 de octubre de 2010

El Gobierno británico revela una reforma "radical" del Estado del bienestar

LONDRES.- El ministro británico de Finanzas, George Osborne, reveló este lunes una reforma "radical" del Estado del bienestar, al anunciar el fin de las ayudas por hijo para todos, aunque prometió que al final de su severa cura de rigor habrá crecimiento. 

"Juntos hemos logrado lo que nunca nadie en nuestro lugar había conseguido: llegar a un acuerdo para un Estado del bienestar radicalmente nuevo", dijo Osborne en el Congreso anual de su partido en Birmingham (centro de Inglaterra).

El ministro recordó "la profunda injusticia" de un sistema de ayudas sociales que "atrapa a millones de nuestros conciudadanos en la dependencia, mientras otros millones deben pagar la factura", y anunció una Seguridad Social en la que "el trabajo siempre sea recompensado" y "el fraude ya no pueda esconderse detrás de la complejidad".

El Gobierno establecerá un tope de las ayudas que puede recibir un hogar, para que "nunca más" una familia pueda pensar que es más rentable cobrar subsidios sociales que trabajar.

Todos los británicos y residentes legales reciben actualmente ayudas por hijo, independientemente de sus ingresos. Según el nuevo sistema, que estará vigente en 2013, las familias más ricas -en torno a un 15%- dejarán de cobrarlas, lo que permitirá al Estado ahorrar 1.000 millones de libras (1.155 millones de euros).

El presupuesto de los subsidios sociales alcanzó los 194.000 millones de libras, lo que le convierte en un blanco fácil para la cura de rigor anunciada el pasado 22 de junio.

Este plan sin precedentes, que será detallado el 20 de octubre, busca eliminar en cinco años casi todo el déficit presupuestario (10,1% del PIB en 2010) acumulado durante la crisis.

La perspectiva de los recortes, que en algunos ministerios podría alcanzar el 40%, suscita nuevos temores por una economía británica todavía frágil.

Pero Osborne prometió crecimiento después de la austeridad. "Más allá del horizonte está la Gran Bretaña que tratamos de construir... un país próspero", aseguró, precisando que el déficit británico es "uno de los más altos del mundo".

"Si no nos encargamos del problema, no habrá crecimiento", dijo. "Miren Irlanda, Grecia y Portugal, y verán que todavía hay peligros", concluyó.

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