lunes, 25 de octubre de 2010

Felipe González apuesta por calcular las pensiones con toda la vida laboral

MADRID.- El ex presidente del Gobierno Felipe González ha abogado por calcular las pensiones tomando como referencia los salarios o rentas percibidas a lo largo de toda la vida laboral, al tiempo que ha instado a considerar la jubilación como "un derecho, no como una obligación". 

   En un artículo publicado en 'El País', el ex presidente socialista advierte de que la caída a medio plazo de la población activa y el incremento de las personas mayores de 60 ó 65 años "obligan" a acometer una "mezcla de políticas", que pasa por la reforma del sistema público de pensiones y de la edad de jubilación.
    En este sentido, respalda la propuesta del Gobierno de alargar la jubilación a los 67 años, al urgir a prolongar la vida activa, eso sí, a través de nuevos estímulos, al igual que insta a "reconsiderar" los periodos de carencia que otorgan derecho a recibir una prestación tras la retirada.
    González se suma a las previsiones de que en el año 2050, si falta inmigración y se mantiene "constante" la baja natalidad, el mercado de trabajo perdería 68 millones de trabajadores, lo que significaría que por cada cuatro empleados contribuyentes a la Seguridad Social habría tres jubilados.
   El que fuera presidente del Gobierno durante 14 años emplaza al Ejecutivo y a los agentes sociales a "recomponer" el diálogo social para afrontar estas reformas estructurales "de hondo calado", siempre y cuando se quiera preservar la economía social de mercado.
   "Pocos interlocutores (...) niegan lo que necesitamos (...). Pero muchos rechazan hacer lo necesario para conseguirlo", reprocha González, para después avisar de que los gobierno, sea del color que sean, tendrán que encarar "inexorablemente" dichas reformas.
    Ante la escalada de protestas en el seno del Viejo Continente por la reforma de las pensiones, con el recrudecimiento de los episodios de protesta en Francia, el ex presidente subraya la necesidad de "mostrar y demostrar" a los ciudadanos que el Estado de bienestar corre "riesgos evidentes" de insostenibilidad.
   "La paradoja es que los que creemos en un sistema público de pensiones  (...) tenemos dificultad para que se acepten las reformas necesarias para mantenerlo", explica, para después referirse a la reforma de 1985 que elevó de dos a ocho años el periodo de cálculo de las pensiones, y que ahora está situado en 15 años.
   "Como ya nos ocurriera en 1985, con la reforma del sistema de pensiones que nos permite un sistema digno como el actual que ahora todos dicen defender", compara González en alusión a la oleada de protestas por este cambio introducido durante la primera legislatura de Gobierno socialista.
    Además, el ex presidente apuesta por impulsar la participación de la mujer en la población activa ocupada, con el fin de hacerlo compatible con la necesidad de incrementar la natalidad. En este sentido, también opta por cambiar la "óptica" sobre la inmigración, percibiéndola como una solución a medio y largo plazo en lugar de como un "grave problema".
   "No podemos galopar en una demagogia anti-inmigración que se volverá contra los valores y los intereses de Europa", concluye.

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