martes, 16 de noviembre de 2010

Europa y FMI prepararán plan de rescate para el sector bancario irlandés

BRUSELAS.- Europa y el FMI prepararán junto a Dublín un plan de rescate para el sector bancario irlandés que será activado si resulta necesario para evitar un contagio a otros países de la Eurozona y calmar a los mercados, sólo seis meses después de lanzar un salvavidas financiero a Grecia. 

Al término de una reunión en Bruselas, los ministros de Finanzas de la Eurozona anunciaron que las conversaciones en curso entre la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) e Irlanda tendrán como fin diseñar un programa de ayuda a los bancos de ese país.
 
"Nos felicitamos" de ese diálogo que determinará "la mejor manera de ayudar" a Dublín a "atajar los riesgos en los mercados, especialmente concernientes el sector bancario", declaró el jefe de fila de los 16 ministros, Jean-Claude Juncker.

Los trabajos preliminares se "intensificaron" desde el inicio de la semana y permitirán diseñar un programa de "reestructuración del sector bancario", corroboró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que avanzó que Irlanda decidirá si pide su activación en los próximos días.

Europa podría movilizar "sumas significativas" de dinero "rápidamente", en un plazo de cinco a ocho días, precisó por su parte Klaus Regling, responsable del fondo de rescate que la Eurozona creó en mayo para los países en riesgo de quiebra.

"Actuaremos de forma determinada y coordinada para preservar la estabilidad financiera de la Eurozona si la situación lo requiere, tenemos los medios para hacerlo", insistió Juncker, enviando un mensaje de unidad a los mercados, nerviosos por la crisis presupuestaria y bancaria de Irlanda y los riesgos de contagio a otros países muy endeudados.

De esta forma, la Eurozona podría aportar un apoyo limitado a los bancos irlandeses, que pese a que en su mayoría fueron nacionalizados y recibieron miles de millones de euros del Estado para superar el estallido de la burbuja inmobiliaria, siguen necesitando capital para mantenerse a flote.

Se excluye por ahora adoptar un plan de ayuda a Dublín para enderezar sus finanzas públicas y rebajar su colosal déficit del 32% del Producto Interior Bruto (PIB), alimentado por los rescates a las entidades bancarias.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, insiste en que su país no pedirá ayuda financiera exterior, porque cuenta con financiación suficiente hasta mediados de 2011, si bien había adelantado que mantenía conversaciones con sus socios europeos para traer "estabilidad" a los mercados, donde las tasas de interés de los bonos irlandeses alcanzaron la semana pasada récords históricos.

Irlanda es miembro de la Eurozona, de la misma forma que Grecia, que debió ser rescatada el pasado mayo por sus problemas presupuestarios, y otros países fuertemente endeudados como Portugal y España.

El BCE y varias capitales europeas presionan por una pronta acción al temer que la crisis irlandesa arrastre además a estos países. También Estados Unidos exhortó a Europa a hacer frente a la situación de forma "rápida, muy rápida".

Lisboa admitió el lunes el "riesgo elevado" de tener que ser rescatado si las arcas públicas irlandesas no se sanean a debido tiempo.

España, en cambio, afirmó que no hay "ninguna razón" que apunte que su país pueda resultar afectado.

"Nos enfrentamos a una crisis para la supervivencia" de la Eurozona, advirtió por su parte el presidente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy, mientras Rehn hacía un llamamiento a no caer en el "alarmismo".

Hace seis meses, la crisis de la deuda soberana europea embistió una primera vez a Grecia y amagó con extenderse a otros países, forzando a la Eurozona primero a aprobar un plan de rescate de 110.000 millones de euros para Atenas, co-financiados por el FMI, y después a activar un multimillonario mecanismo para socorrer en el futuro a todo socio en riesgo de bancarrota.

La presión también fue palpable en los mercados: las principales bolsas europeas cerraron el martes con pérdidas, con caídas en Fráncfort (-1,87%), Londres (-2,38%), París (-2,63%) y Madrid (-2,46%).

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