viernes, 12 de noviembre de 2010

El G-20 acuerda hacer frente a "tensiones y vulnerabilidades"

SEÚL.- Los líderes del G-20 corrieron un tupido velo el viernes sobre semanas de discusiones respecto a sus políticas económicas y acordaron afrontar las "tensiones y vulnerabilidades" globales que han agitado los fantasmas de una guerra cambiaria y de proteccionismo en el comercio. 

Los países desarrollados y emergentes acordaron en una cumbre en Seúl establecer "guías indicativas" vagas para medir los desequilibrios entre sus economías pero, abriendo un paréntesis para enfriar algunos ánimos, dejaron los detalles pendientes para discutirlos en el primer semestre de 2011.
En un comunicado firmado al final de la reunión -la quinta del Grupo de los 20 desde que la crisis financiera internacional estallara en 2008- los líderes se comprometieron a avanzar hacia tipos cambiarios determinados por el mercado y evitar devaluaciones con fines competitivos.
"Los riesgos continúan", señaló el comunicado.
"Algunos de nosotros están experimentando un fuerte crecimiento, mientras que otros sufren altos niveles de desempleo y una recuperación floja. El crecimiento desigual y la ampliación de los desequilibrios están alimentando la tentación de pasar de soluciones globales a acciones descoordinadas", agregó el texto.
El acuerdo del G-20 buscó retomar la unidad que se había forjado en los últimos dos años al calor de la crisis global.
Los negociadores habían trabajado hasta las primeras horas de la mañana para redactar un acuerdo que todos sus líderes pudieran refrendar, pese a las profundas divisiones que salieron a la luz en los días previos a la cumbre.
Los ánimos se caldearon en torno al reciente programa de compra de bonos anunciado por la Reserva Federal, con el que el banco busca reforzar una recuperación tibia, y el empeoramiento de los problemas de deuda de Irlanda sirvieron como recordatorio de que el sistema financiero está lejos de estar completamente curado.
"Este no ha sido un festival del amor", dijo un alto cargo que participó en las negociaciones
En particular, los líderes no fueron capaces de lograr un consenso para determinar cuando los desequilibrios globales representan una amenaza para la estabilidad económica, comprometiéndose a una discusión sobre el tema en la primera mitad del año próximo.
El G-20 se ha fragmentado desde entonces, a medida que una recesión global sincronizada daba lugar a recuperaciones con velocidades diferentes.
Las economías avanzadas, con recuperaciones más lentas, han mantenido los tipos de interés en mínimos récord para tratar de ganar impulso, mientras que los grandes mercados emergentes han resurgido con tal firmeza que muchos temen que ocurra un recalentamiento.
"La credibilidad del G-20 no depende de mostrar resultados (...) No podemos salir de esto con políticas que empobrezcan a nuestros vecinos", dijo el primer ministro de Canadá, Stephen Harper. "Necesitamos en cambio continuar coordinando nuestras acciones hacia adelante. La recuperación es frágil", agregó.
"No creo que el hecho de que no lo hayamos logrado todavía, de que no hayamos resuelto todos esos problemas, signifique que caeremos", señaló Harper.

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