lunes, 29 de noviembre de 2010

Cowen considera el rescate aprobado la única "opción realista" para Irlanda

DUBLÍN.- Irlanda pagará una tasa de interés más alta que Grecia y recurrirá a su fondo de pensiones para ayudar a financiar el plan de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero no tenía otra "opción realista", aseguró en las últimas horas el primer ministro irlandés, Brian Cowen, inmediatamente criticado. 

La pequeña isla europea de 4,3 millones de habitantes tendrá que pagar una tasa de interés media y variable del 5,8% anual, superior al 5,2% que se aplicó a Grecia, en el marco del rescate internacional de 85.000 millones de euros (113.000 millones de dólares), anunció Cowen en una rueda de prensa celebrada poco después de la aprobación final del plan en Bruselas. Aunque elevada, esta tasa es inferior al 6,7% que anticipaba la prensa y que provocó la ira de la oposición, que la consideró un "castigo".
"El país pagará menos que con las actuales condiciones del mercado (...) No creo que haya otra opción realista", dijo, antes de descartar una retirada de Irlanda del euro y aún más categóricamente una suspensión de pagos ('default'). "Este país tiene una obligación y está en posición de poder pagar sus deudas. (Declararse en 'default') tendría consecuencias gigantescas mucho más allá de nuestras fronteras. No somos un país irresponsable", dijo con tono firme.
Según un sondeo publicado el domingo por el rotativo Sunday Independent, el 57% de los encuestados estimó que Irlanda debería hacer 'default'.
Además, Irlanda contribuirá a este rescate de 85.000 millones de euros con 17.500 millones (23.200 millones de dólares), que provendrán del Fondo Nacional de Reserva para las Pensiones y de "otra liquidez nacional", agregó Cowen. La hipótesis de recurrir a las jubilaciones también provocó un gran descontento entre los rivales de Cowen y la población.
"Este acuerdo es el que mejor sirve los intereses de Irlanda", aseguró sin embargo Cowen, en dirección a una ciudadanía que encuentra "humillante" haber tenido que apelar a una ayuda exterior.
El gobierno irlandés, que bate récords de impopularidad, debe hacer frente también a severas críticas, incluso dentro de su propia coalición, por el plan de ajuste anunciado este semana y presentado como una condición previa indispensable a la obtención de la ayuda internacional.
Al día siguiente de que decenas de miles de personas se manifestaran en Dublín contra un drástico plan de ajuste anunciado esta semana, Cowen insistió en que su política recibió la aprobación de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI). "El programa (de rescate) dio su aval a las reformas estructurales contenidas en el plan (de ajuste) que va a respaldar el retorno a un crecimiento económico duradero en los próximos años", señaló. Permitirá pagar "las prestaciones sociales, la sanidad y los servicios públicos clave", agregó.
A la oposición, sin embargo, no la convenció. "Nos piden que paguemos por adelantado... con todos los activos que tenemos", denunció Joan Burton, una portavoz del partido Laborista. Luego el país estará "arruinado", agregó.
Su homólogo del Fine Gael, Michael Noonan, criticó la "rareza de un fondo de solidaridad" que exige una tasa de interés demasiado alta.
La organización patronal IBEC estimó la tasa exigida "muy elevada", asegurando que costará a Irlanda 5.000 millones de euros anuales, mientras que Jack O'Connor, secretario general del SIPTU, el primer sindicato del país, estimó que el rescate estaba "condenado al fracaso".

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