lunes, 22 de noviembre de 2010

Cowen descarta dimitir y aplaza a enero la disolución del Parlamento irlandés

DUBLÍN.- El primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha descartado dimitir de forma inmediata, pese a las críticas recibidas tras aceptar la ayuda económica externa, y adelantó que disolverá el Parlamento el próximo año, previsiblemente enero, una vez se hayan implantado las medidas requeridas. Después de reunirse con los ministros de su partido, el Fianna Fáil, Cowen compareció junto a sus compañeros ante los medios para negar su inminente salida y aclarar que su Ejecutivo cumplirá con sus obligaciones para revertir la delicada situación económica irlandesa
El primer ministro señaló que su gabinete publicará esta semana su plan de reformas durante los próximos cuatro años y presentará el 7 de diciembre los Presupuestos, al tiempo que sigue sus discusiones con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cowen apeló al “interés del electorado, de toda la población” para trabajar “sin demora” con el objetivo de “asegurar el futuro económico y financiero”. “Este Gobierno seguirá su trabajo”, indicó, y defendió que las cuentas que presentará aspiran a dar “estabilidad” al país.
El plan de rescate económico de ambas instituciones ha significado para Cowen la desintegración de su Gobierno, que contempló este lunes la salida del Partido Verde, socio minoritario, y críticas llegadas incluso de su propia formación. “Nadie me ha presionado en nada”, aclaró el dirigente en su esperada comparecencia
Los ecologistas solicitaron elecciones anticipadas –para el próximo mes de enero–, un llamamiento al que también se han sumado los opositores Fine Gael y Partido Laborista. El periodo de gobierno del actual primer ministro comenzó el 7 de mayo de 2008, tras la dimisión de Bertie Ahern, que puso fin a ocho años en el cargo tras verse salpicado por un escándalo de corrupción.
El Gobierno irlandés ha elaborado un plan de austeridad para los próximos cuatro años que busca reducir el déficit público en 15.000 millones de euros para volver a situarlo por debajo del 3% en 2014. El programa prevé un esfuerzo inicial de consolidación fiscal de 6.000 millones para 2011.
Dublín se había resistido hasta ahora a aceptar la ayuda de la UE para no perder soberanía fiscal. Las autoridades irlandesas rechazan aumentar su impuesto de sociedades del 12,5%, uno de los más bajos de la UE, y que ha utilizado para atraer a las multinacionales a su territorio. Francia, Alemania o Austria han sugerido que este tipo debería incrementarse, pero han aclarado que no lo exigirán como condición para el rescate.
También el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dicho que Irlanda dejará de ser un país de impuestos bajos tras esta crisis, aunque no se ha referido específicamente al impuesto de sociedades. Rehn ha explicado además que el objetivo prioritario del plan de rescate será que “el sector bancario irlandés se haga viable y sostenible, lo que requerirá bastante reorganización y reestructuración”.
Los problemas de los bancos irlandeses han obligado a Dublín a comprometer 50.000 millones de euros en su rescate, lo que disparará el déficit público de este año hasta el 32% del PIB.

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