jueves, 11 de noviembre de 2010

El fantasma de la burbuja inmobiliaria amenaza la reactivación española

MADRID.- Viviendas en liquidación con la esperanza de que sean vendidas, grúas paradas, trabajadores de la construcción condenados a reconvertirse: en España, a pesar de la rebaja de los precios, el fantasma de la burbuja inmobiliaria amenaza todavía la débil recuperación económica. 

El nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, lo recordó al asumir sus funciones a finales de octubre: "Tres de cada cuatro empleos perdidos en la crisis proceden de la construcción y sectores auxiliares".
Y España registra la mayor tasa de desempleo de la zona euro: alrededor del 20%. Construir a todo trapo, en las afueras de las grandes ciudades, en los campos y, sobre todo, a lo largo del litoral, fue la orden del día en España durante la última década.
"El 66% de las casas que se han construido en Europa en los últimos ocho años, se han construido en España", recuerda Christian Palau, director del portal de anuncios inmobiliarios Fotocasa. A partir de 2000, España construyó alrededor de 700.000 viviendas por año, tanto como Francia, Alemania e Inglaterra juntas... hasta que en 2008 se produjo la saturación que causó el estallido de la burbuja inmobiliaria, la caída de precios y las quiebras en cascada de promotores inmobiliarios.
En los últimos meses, el mercado parece volver a recuperarse. Las ventas subieron un 30% en agosto y los precios sólo bajaron un 3,4% interanual en el tercer trimestre, según las estadísticas oficiales. El anuncio del fin de la deducción fiscal por la compra de vivienda a partir del 31 de diciembre ha impulsado a los españoles a comprar.
El frenesí actual no debe ocultar el stock acumulado, que se eleva a en torno un millón y medio de viviendas sin vender (nuevas y de segunda mano). Se estima que alrededor del 16% de las casas españolas están vacías, lo que constituye un récord en Europa.
Así, no es de extrañar que el banco Banesto haya puesto en marcha a mediados de octubre un programa inédito, liquidando 600 viviendas en toda España a un 50% del precio de mercado. Ya que el auténtico problema es que los precios de las viviendas, incluso aunque ha bajado un 25% desde 2007, no han caído lo suficiente.
El semanario británico The Economist calculaba recientemente que los precios siguen siendo en España un 47,6% superior a lo que deberían ser. La Comisión Europea comparte este análisis cifrando el sobrecosto en un 17%. "Ya no estamos en una situación de burbuja", asegura José Luis Suárez, profesor del IESE Business School de Madrid, quien añade que "eso no significa que los precios no puedan bajar más".
El sector de la construcción, por su parte, sigue al ralentí a la espera de que se reactive el mercado: "El número de viviendas iniciadas está en las 100.000 viviendas este año. Casi podemos decir que no hay actividad de construcción o de inicio de viviendas", añadió. "Esta caída a mínimos históricos tiene consecuencias para el empleo", subraya, después que el sector haya contratado en masa durante los últimos años.
Como consecuencia, los trabajadores de la construcción, "muchos de ellos eran perfiles no cualificados", ahora están desempleados y "este perfil de gente nos va a costar recolocarlo", afirma Christian Palau, mientras que el país, que ha iniciado un débil crecimiento (+0,2% en el segundo trimestre), debe preguntarse "¿a qué nos vamos dedicar?", qué actividad va a privilegiar.
Además de las obras paralizadas, numerosas viviendas esperan a ser ocupadas en "urbanizaciones fantasma": "Les habían prometido (a los compradores) comercios, transportes públicos y escuelas, pero con la crisis los promotores se han marchado". La solución, afirma, podría ser un mejor apoyo al alquiler, oveja negra en este país, donde el objetivo es ser propietario. Apostando sólo por la compra, harán falta de "10 a 15 años" para absorber el stock.

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