domingo, 21 de noviembre de 2010

El Gobierno irlandés se reúne para ratificar el plan de austeridad

DUBLÍN.- El Ejecutivo irlandés está reunido de urgencia este domingo para ratificar el programa para la reducción de déficit y modificación de impuestos en un momento en el que la desconfianza popular hacia su gestión ha alcanzado niveles prácticamente históricos, y el país se prepara ante la inminente llegada de un plan de rescate internacional.

   El plan, que contempla la reducción del déficit público en 15.000 millones de euros para 2014, será publicado el próximo martes. No obstante, los estados miembros de la euro zona piden además un aumento del impuesto sobre empresas, una medida rechazada por Dublín, que consideraría que este incremento afectaría negativamente a la inversión extranjera.
   A pesar de que el Gobierno irlandés intenta presentarse como el emprendedor de esta iniciativa, el plan ha sido redactado bajo la estrecha supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Central Europeo (BCE), que temen que la crisis irlandesa arrastre a países como España y Portugal. Las instituciones europeas trabajan sobre la base de que el Gobierno irlandés pedirá finalmente la ayuda económica tras la publicación de la nueva estrategia de austeridad.
   A la espera de que el Ejecutivo confirme la aprobación del plan, las últimas encuestas destacan un descenso histórico de confianza por parte de la población. El respaldo al partido del primer ministro Brian Cowen, el Fianna Fail, ha descendido al 17%, según el sondeo publicado por Sunday Business Post/Red C. Este resultado, traducido en las elecciones generales, costaría al partido la mitad de sus escaños.
   Aún más encendidos son los titulares de los periódicos irlandeses, en particular el del 'Sunday Independent', que exige la dimisión en pleno del Gobierno. "Habéis mentido. Nos habéis decepcionado. Por el amor de Irlanda, largaos ya", rezaba el texto bajo la imagen de la totalidad del gabinete de Cowen.
   Otros, como el 'Irish Times', llamaban al optimismo a pesar de la gravedad de la situación, que de todos modos califica de "humillante". "Es comprensible la vergüenza que siente mucha gente ante el abyecto fracaso del Gobierno que ha puesto el país en esta situación, pero cuanto antes lo superemos y nos centremos en limpiar este desastre, mejor".

Presión de las multinacionales

El problema del crecimiento económico casi perpetuo radica justo en esa palabra: casi. Irlanda combinó con éxito durante años un modelo basado en flexibilidad, privatizaciones y bajos impuestos. Funcionó como la seda.
La joya de la corona era un impuesto de sociedades del 12,5% (y ese es el tipo máximo, del que hay que descontar deducciones y demás), que actuó como un imán para las multinacionales extranjeras, y en especial por las estadounidenses, atraídas por el alto nivel de formación, el idioma inglés nativo y la afamada hospitalidad local.Google, Intel, Facebook y muchas otras se instalaron en suelo irlandés y dan trabajo ahora a más de 100.000 personas.
Ahora queda claro sin embargo que la característica más apreciada de esa hospitalidad era precisamente el impuesto del 12,5%, alrededor de la mitad del que pagan las empresas en la Eurozona. Una delegación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos se ha reunido en los últimos días con funcionarios del Ministerio de Finanzas irlandés para transmitir su preocupación porque se incluya una subida de ese impuesto dentro de las condiciones para el rescate financiero.
"Todo lo que pueda afectar a la competitividad de Irlanda tiene una gran importancia, incluido el impuesto de sociedades", aseguró hace unos días el responsable de Google en Irlanda, John Herlihy. Ejecutivos de Microsoft, Intel, Hewlett-Packard y Bank of America han lanzado advertencias parecidas sobre las "repercusiones negativas" en la "capacidad [del país] para ganar y retener inversiones extranjeras".
El Ejecutivo irlandés lleva días avisando de que la tasa del 12,5%- uno de los símbolos nacionales, junto con el trébol, el arpa y la cerveza Guinness- "no es negociable". Pero varios países europeos ya han avisado de que el rescate puede ser el catalizador que acabe con un modelo de competencia fiscal desleal que la Comisión Europea siempre ha criticado.
"Puede que sea justo que tarde o temprano Irlanda tenga que subir su fiscalidad a las empresas. El problema es de tiempos: si eso se hace ahora, se condena a la economía irlandesa a una recesión profunda", ha explicado el economista jefe del banco KBC, Austin Hughes.

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