jueves, 4 de noviembre de 2010

Felipe González rechaza una tasa para la banca como la que proponen Sarkozy y Merkel

BARCELONA.- El ex presidente del Gobierno Felipe González ha rechazado una tasa que grave la actividad bancaria como la que quieren implementar el presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, y la presidenta del Gobierno alemán, Ángela Merkel.

   "La banca de aquí no es la responsable de la crisis de otros", ha recalcado González, quien ha indicado que no ha sido la desregulación de la banca española lo que ha causado la crisis del sistema financiero.
   "El fondo es consecuencia de la responsabilidad de otros bancos que no son los nuestros, y la banca de aquí tiene otros problemas", ha dicho González en Badalona, durante un mitin donde ha arropado al presidente de la Generalitat y candidato socialista a la reelección, José Montilla.
   Según González, España reformó su sistema financiero hace 27 años dotándolo de una mayor supervisión por parte de los poderes públicos, por lo que no debe grabarse a la banca española "para sostener una crisis futura", como proponen Francia y Alemania.
   Gracias a la reforma financiera que se hizo durante sus primeros años en La Moncloa, González ha dicho que no se ha debido hacer planes de rescate a la banca como los que se han hecho en Alemania, Francia, Reino Unido e Irlanda, y que han costado miles de millones al erario público, y que incluso han implicado la estatalización de entidades bancarias.
   Según González, en vez de hacer tasas, lo que hay que hacer es que el supervisor público de la banca recupere "autoridad moral" para decir cuando los bancos deben "para el carro" cuando sea necesario.
   González ha dicho que la economía española empezará a recuperarse antes de lo que se prevé, y también ha criticado las políticas del Banco Central Europeo (BCE).
   Así, ha lamentado que mientras que las políticas del BCE están implicando que el euro sea más fuerte, las autoridades financieras de Estados Unidos y China hacen lo contrario, abogando porque sus divisas mantengan un valor más bajo en relación al euro.
   González ha augurado que, próximamente, un euro volverá a costar 1,5 dólares, lo que implicará que sea cada vez más costoso exportar.

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