sábado, 20 de noviembre de 2010

Irlanda sitúa las ventajas fiscales como 'línea roja' de la negociación

LONDRES.- Irlanda encaró el segundo día de negociaciones con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, reconocidas por primera vez por su jefe de Gobierno, Brian Cowen, estableciendo una línea roja para cualquier compromiso sobre su propio rescate financiero: la negativa a hacer concesiones en materia fiscal modificando uno de los impuestos de sociedades más bajos de Europa (12,5%).

Criticado por Alemania y Francia como competencia ventajosa e injusta frente a otros socios europeos, ese atractivo incentivo para las multinacionales extranjeras es considerado por el Gobierno de Brian Cowen pieza fundamental en la recuperación económica. Como lo fue para el espectacular crecimiento del Tigre Celta a lo largo de una década, antes de que los últimos tres años finiquitaran ese espejismo.

Mientras la misión internacional de expertos analizaba el estado de las finanzas públicas de la República, la viceprimera ministra irlandesa, Mary Coughlan, volvió a insistir en que la tasa del 12,5% (que, por ejemplo más que dobla el 28% impuesto en el vecino Reino Unido) "no es negociable".

Aunque un miembro de la Administración francesa, citado por Financial Times, calificaba esa orientación fiscal de "depredadora", la canciller alemana, Angela Merkel, tranquilizó ayer a Dublín subrayando a través de un portavoz que el paquete de ayuda europeo no le exigirá contrapartidas en esta materia.

Para Cowen, acosado por una prensa que ha dibujado el plan de rescate como una "humillación" nacional, es importante proyectar la imagen de que sigue controlando la gestión económica del país. Insistió en que su Gobierno es el único responsable del plan de ahorro presupuestario que pretende reducir un déficit del 32% del PIB hasta el 3% en los próximos cuatro años. El ejecutivo de Dublín va a proponer un recorte de 6.000 millones en el gasto público, combinado con un ahorro de 15.000 millones de euros en el próximo cuatrienio. 

El primer ministro lo presentará la próxima semana con la esperanza de que el Parlamento dé su visto bueno en la votación del 7 de diciembre. El ejecutivo de coalición cuenta con una ajustada mayoría que, según todos los sondeos, se reducirá a solo dos diputados cuando el Sinn Féin arrebate a su partido (Fianna Fail) el escaño por Donegal South West en la elección parcial del próximo jueves.

Cowen deberá, sin embargo, tener en cuenta el análisis de los expertos europeos que han desembarcado en Irlanda para obtener una inyección exterior que superaría los 100.000 millones de euros, si bien ninguno de los implicados ha querido hacer precisiones sobre cifras concretas. El Fondo Monetario Internacional quiere garantizar que los recortes que se avecinan no acaben concentrando sus efectos en los sectores más débiles de la sociedad irlandesa, donde el paro asciende ya al 13,2%, la cota más elevada desde 1967.

Los analistas esperan algún anuncio de acuerdo entre ambas partes a partir del próximo lunes, después de que el propio taoiseach (primer ministro) confirmara que las negociaciones "abiertas y constructivas" van por buen camino. Los escenarios para canalizar esa ayuda económica son múltiples, aunque se espera que esté enfocada en primer lugar hacia la crisis del sector financiero y sus posibles efectos de contagio de otras economías. En admisión del gobernador del banco central irlandés, Patrick Honohan, el pasado jueves, la República necesita "un préstamo muy importante de decenas de miles de euros" para socorrer a su debilitada banca.

Si las cuentas públicas de Irlanda presentan un estado desastroso, ello obedece principalmente a los ingentes fondos empleados por el Estado para el rescate de sus bancos, víctimas del estallido de la enorme burbuja inmobiliaria y de los generosos préstamos destinados al sector de la construcción. El valor de la vivienda, que creció un 250% en tan solo dos décadas, ha registrado una caída del 40%.

El orgullo nacional de este pequeño país con 4,5 millones de habitantes es uno de los factores que lastran la búsqueda de una salida a la crisis. Mientras el periódico Irish Daily Mail hablaba directamente de "humillación", el influyente Irish Times sentenció que "el destino de la nación ya no está en nuestras manos". 

Incluso el ex primer ministro irlandés John Bruton, actual embajador de la Unión Europea en Washington, ha descrito la aceptación del rescate exterior como "un día muy, muy triste para Irlanda". Quizá todos ellos pasaron por alto que los bancos celtas han sobrevivido a base de nutrirse de los fondos del Banco Central Europeo. La dependencia de Europa es mucho más nítida de lo que el nacionalismo irlandés quiere reconocer, según recoge 'El País', de Madrid.

Los impuestos a empresas es la clave


El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo el sábado que esperaba que Irlanda eleve sus impuestos a las empresas, pero que la medida no sería una condición para recibir ayuda internacional, mientras Suecia afirmó que podría evaluar un préstamo bilateral a Dublín.

“El Gabinete se reunirá mañana para aprobar el documento de 160 páginas con gráficas que explican cómo el Estado reducirá sus gastos”, indicó el Irish Times, agregando que un plan por separado para reestructurar al sector bancario también debería ser finalizado este fin de semana.

Irlanda podría requerir asistencia de entre 45.000 y 90.000 millones de euros, dependiendo de si sólo necesita apuntalar a sus bancos o abordar también su deuda pública.


La mayor preocupación de las autoridades de la UE es que los problemas de Irlanda se propaguen a otros miembros altamente endeudados de la zona euro como España y Portugal, amenazando con una crisis sistémica.

Los mercados se calmaron en los últimos días cuando hubo indicios más claros de que Irlanda recibiría ayuda, pero permanecieron nerviosos el viernes.

El euro subió brevemente por sobre 1,3720 dólares, sólo para caer devuelta a 1,3660 en la última cotización europea.

El diferencial de riesgo de los bonos irlandeses a 10 años respecto a los referentes alemanes bajó a 5,4 puntos porcentuales, antes de repuntar a 5,6 puntos, afectando a la deuda griega, portuguesa y española.

Las negociaciones de ayuda aún podrían extenderse si Dublín y la UE no logran llegar a un acuerdo sobre las condiciones para recibir la asistencia financiera.

El ministro de Finanzas finlandés, Jyrki Katainen, dijo que Dublín debería prepararse para elevar sus impuestos a cambio de un acuerdo.

“Requeriremos un paquete serio (a cambio del préstamo) y es posible que eso incluya elevar los impuestos a las empresas”, sostuvo Katainen a la emisora finlandesa YLE. “Irlanda es un país con bajo nivel impositivo y ellos podría subir muchos tributos, por el ejemplo el IVA”, declaró.

Responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea están en Dublín para discutir un rescate a los vapuleados bancos irlandeses, en medio de temores sobre su capacidad para asumir sus responsabilidades y después de que los planes para reestructurar la deuda de la zona euro dispararan los costes del crédito.

El bajo impuesto a las empresas del 12,5 por ciento está operando como la gran manzana de la discordia, ya que los vecinos de la zona euro presionan a Irlanda a elevarlo como parte de cualquier acuerdo, mientras que Dublín se resiste, argumentando que es crucial para la inversión extranjera.

En el marco de una conferencia de la OTAN en Lisboa, Sarkozy dijo que esperaba que Irlanda eleve sus impuestos sobre las empresas.

“Es obvio que cuando nos enfrentamos a una situación como esta, hay dos palancas a usar: los gastos y la recaudación”, dijo. “No puedo imaginar que nuestros amigos irlandeses, en total soberanía, (no usen) esto porque tienen un gran margen de maniobra que otros, sus impuestos son mucho menores”, aseveró.

En tanto, Suecia afirmó el sábado que podría considerar un préstamo bilateral a Irlanda si ésta lo solicita.

“Podría haber una ayuda bilateral. Estamos esperando oír más del Gobierno irlandés. Creemos que somos muy cercanos a Irlanda y estamos siempre listos para escuchar y ayudar si lo podemos hacer”, afirmó el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, a la emisora irlandesa RTE.


El diario Irish Times informó de que el plan irlandés para reducir el déficit en cuatro años sería publicado el martes, antes de que se anuncie cualquier paquete de ayuda financiera internacional.

El mes pasado, Irlanda duplicó a 15.000 millones de euros (21.000 millones de dólares) el montante que según reconoció necesita para controlar su déficit para 2014, una decisión que de acuerdo al ministro de Finanzas buscaba garantizar que el país no requeriría un rescate.
Pero ésto no consiguió calmar a los mercados.

El jefe del banco central de Irlanda admitió esta semana que la nación necesita un préstamo de decenas de miles de millones de euros para apuntalar el sector bancario, que se ha vuelto dependiente de los fondos del BCE y ha visto un éxodo de los depósitos en los últimos seis meses.

El Irish Times dijo que el Gobierno - profundamente impopular y con una ajustada mayoría parlamentaria - adelantó la publicación de su plan fiscal de cuatro años, a fin de que sea identificado como una propuesta elaborada por Dublín y no conducida por el FMI o Europa.

El diario sostuvo que el plan sería divulgado el martes, citando a altos cargos irlandeses. Un portavoz del Gobierno dijo el viernes que el texto sería revelado a inicios de la semana próxima, pero no especificó la fecha.

Se espera para poco después el anuncio de un paquete de ayuda internacional.

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