viernes, 5 de noviembre de 2010

La Unión Europea pide al G-20 "soluciones duraderas" para las tensiones en el mercado de divisas

BRUSELAS.- La Unión Europea ha pedido a los países del G-20 buscar "soluciones duraderas a las actuales tensiones en el mercado de divisas" en la cumbre que se celebrará en Seúl la semana que viene.

   El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, han enviado una carta al resto de socios del G-20 en la que reclaman que los tipos de cambio de las diferentes monedas se fijen de acuerdo con los fundamentos económicos y que se eviten "acciones que puedan tener efectos negativos en el resto".
   La UE quiere frenar una 'guerra de divisas' ya que considera que el euro es la moneda más perjudicada porque está soportando una "carga desproporcionada" en el ajuste de los tipos de cambio mundiales, lo que pone en riesgo la recuperación.
   Van Rompuy y Durao Barroso resaltan que los "desequilibrios económicos" mundiales son una causa de "preocupación" y reclaman que cada país asuma el esfuerzo que le corresponde para corregirlos. Sin embargo, la UE no apoya la propuesta de Estados Unidos de fijar un límite de superávit o déficit por cuenta corriente del 4% del PIB, que Alemania considera inaceptable.
   En su lugar, los europeos defenderán en el G-20 establecer un conjunto más amplio de indicadores para detectar los equilibrios económicos excesivos, como el que ya se ha aprobado para los países de la eurozona.
   Los líderes europeos quieren además que la cumbre de Seúl sirva para confirmar la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) pactada por los ministros de Economía. La reforma da más peso a los países emergentes, mientras que Europa cede dos de sus asientos en el directorio de este organismo.
   Por lo que se refiere al sector financiero, la UE reclamará que se concluyan y apliquen las reformas clave, como el acuerdo Basilea III para reforzar los colchones de capital de los bancos. Además, insistirá en que se explore la puesta en marcha de una tasa a las transacciones financieras internacionales, iniciativa a la que se opone Estados Unidos.
   Entretanto, los líderes europeos se comprometen a seguir trabajando en otras alternativas que se puedan aplicar unilateralmente en la UE para garantizar que el sector financiero se haga cargo del coste de futuras crisis, con medidas como una tasa bancaria y un impuesto sobre la actividad financiera.
   Finalmente, la UE pedirá al G-20 que reactive las negociaciones de liberalización comercial de la ronda de Doha, que adopte un plan de acción sobre ayuda al desarrollo y que contribuya a desatascar el diálogo sobre cambio climático de cara a la cumbre de Cancún que tendrá lugar entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre.

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