jueves, 30 de diciembre de 2010

El FMI defiende que nuevos 'stress tests' a la banca europea ayudarían a reducir los temores sobre el sector

WASHINGTON.- El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, considera que la probabilidad de que tengan lugar más rescates de entidades financieras, tanto por parte de los Gobiernos nacionales como de la Unión Europa (UE), es "bastante limitada", pero sugirió que nuevos 'stress tests' a la banca europea ayudarían a calmar las preocupaciones en torno al sector. 

   En una entrevista con una publicación de la institución, Blanchard defiende que las preocupaciones sobre el sistema bancario son "exageradas", pero reconoce que la única manera de reducir esos temores es incrementando la transparencia y, para ello, es "mejor cuanto más pronto" se haga.
   En concreto, recalca que pruebas de resistencia a la banca "más creíbles", junto con reglas más claras sobre cómo compartir la carga, es decir, qué parte las pérdidas serían asumidas por los acreedores, qué parte por los Gobiernos nacionales y qué parte por la Unión Europea, ayudarían a reducir los temores del mercado.
   Por otro lado, Blanchard cree que la evolución de la economía en 2010 "no ha deparado grandes sorpresas" y se han cumplido las previsiones de un crecimiento lento en las economías avanzadas y más rápido en las emergentes. Sin embargo, recalca que esto no significa que "las cosas estén bien".
   "No lo están. La recuperación en dos velocidades, lenta en las economías avanzadas y rápida en los mercados emergentes, es sorprendente y sus características están cada vez más marcadas. Probablemente dominarán 2011 y años posteriores", añade.
   Acerca de la situación de Europa, Blanchard reconoce que no hay duda de que una serie países de Europa, se enfrentan a un "duro y largo" ajuste macroeconómico que, en la mayoría de las casos, hubiera tenido que hacerse, aunque no se hubiera producido la última recesión financiera. "La crisis global sólo lo ha hecho más difícil", añade.
   En esta línea, insiste en que para estos países del euro va a ser un periodo "largo" y "duro", ya que, en función de lo que resultaron ser unas expectativas demasiado optimistas, incrementaron su demanda interna en exceso y algunos generaron unos déficits por cuenta corriente muy grandes. Por este motivo, en su opinión, deben ahora pasar de la demanda interna a la demanda externa.
   Blanchard recalca que un crecimiento más fuerte en el núcleo de Europa, si se produce, fortalecería sus exportaciones y ayudaría al ajuste. Pero agrega que, según experiencias pasadas, un retorno total a la riqueza llevará mucho tiempo. "Los programas sociales son esenciales, tanto por su propio bien como para mantener un amplio apoyo político", avisa.
   Asimismo, subraya que, salvo en el caso de Grecia, los problemas fiscales registrados durante la crisis han sido causa de la recesión y no de un comportamiento fiscal irresponsable. Ve posible que los países puedan lograr la sostenibilidad fiscal, para lo cual es necesario no tanto recortes dramáticos en el corto plazo, sino un marco creíble en el medio plazo para estabilizar y reducir el endeudamiento.
   Blanchard también asegura que entiende la reticencia de los países a recurrir a la ayuda conjunta de la UE y el FMI, pero insiste en que estos programas pueden ayudar poner un tope al incremento de los tipos de interés de la deuda, refuerzan la credibilidad de los compromisos de un país y tranquilizan a los mercados en el medio plazo.

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