domingo, 12 de diciembre de 2010

El Papa exalta el valor de la constancia y la paciencia en un mundo cambiante

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI subrayó hoy el valor de "la constancia y la paciencia" en un mundo como el actual que "exalta el cambio y la capacidad de adaptarse siempre a nuevas y diferentes situaciones".

"Sin restar importancia a estos a aspectos, que también son cualidades del ser humano, el Adviento nos insta a potenciar esa tenacidad interior, esa resistencia del ánimo, que permite que no nos desesperemos a la espera de un bien que tarda en llegar", dijo el Pontífice en el rezo del Ángelus dominical desde la plaza de San Pedro del Vaticano.
Así, puso de ejemplo al agricultor que espera "con constancia" el "precioso fruto de la tierra" desde que recibe las primeras hasta las últimas lluvias.
"Sed constantes y reconfortad vuestros corazones porque la llegada del Señor se encuentra cerca", afirmó el Papa, que recordó que para "hacer más fuertes los corazones" tenemos la Palabra de Dios.
"Mientras todo pasa y cambia, la Palabra del Señor no pasa. Si las vicisitudes de la vida nos hacen sentir perdidos y las certezas parecen derrumbarse, tenemos todavía una brújula para hallar el camino, para no ir a la deriva", aseveró.
El Pontífice propuso el modelo de los profetas, aquellas personas que Dios ha llamado para que hablen en su nombre, "que encuentran su felicidad y su fuerza en la Palabra del Señor".
"Mientras los hombres con frecuencia buscan la felicidad en caminos que se revelan equivocados, el profeta anuncia la verdadera esperanza, aquella que no decepciona porque está basada en la fidelidad a Dios", concluyó Benedicto XVI, quien lamentó que a lo largo de la historia "muchos profetas, ideólogos y dictadores" se autoproclamaron Mesías e instauraron sus imperios, sus dictaduras y sus totalitarismos, que cambiaron el mundo de un modo destructivo. 
"Hoy sabemos que de esas grandes promesas no ha quedado nada más que un gran vacío y una gran destrucción", subrayó Benedicto XVI en la homilía que pronunció durante la misa celebrada en este tercer domingo de Adviento en la iglesia de San Maximiliano Kolbe, en Roma.
El Pontífice evocó el pasaje del Evangelio en el que, desde la cárcel, San Juan Bautista, "que había anunciado la llegada de Juez que cambia el mundo, pero sentía que el mundo permanecía inmutable" manda a uno de sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que debe llegar o debemos esperar a otro?".
En los últimos dos o tres siglos, según el Papa, esta pregunta se ha mantenido abierta, lo que ha provocado que muchos profetas, ideólogos y dictadores dijeran: "No es él, no ha cambiado el mundo. Somos nosotros".
Una afirmación que les llevó a crear "sus imperios, sus totalitarismos y sus dictaduras", que han traído sólo "vacío y destrucción".
Por ello, según el Pontífice, debemos preguntar a Cristo: ¿Eres tú?, a lo que el Señor responderá: "Veis qué he hecho yo. No he hecho una revolución cruenta, no he cambiado el mundo con la fuerza, sino que he encendido tantas luces que forman un gran camino de luces en el milenio".

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