viernes, 31 de diciembre de 2010

A pesar de Cancún, Estados Unidos se aleja de un acuerdo sobre el clima

NUEVA YORK.- El acuerdo internacional aprobado en Cancún para luchar contra el cambio climático tranquilizó algo a los ecologistas, pero no basta para olvidar que la esperanza de una ley contra la emisión de gases de efecto invernadero naufragó en 2010 en Estados Unidos. 

El Gobierno de Barack Obama jugó un papel activo para llegar a un acuerdo en Cancún, que prevé la creación de un fondo 'verde' para ayudar a los países en desarrollo a afrontar el calentamiento global.
Pero un proyecto de ley tendente a reducir las emisiones de CO2 en Estados Unidos naufragó este año en el Senado de ese país, antes incluso de la victoria en las legislativas de los republicanos, muchos de los cuales dudan incluso de la realidad del cambio climático.
Ahora bien, la actitud que adoptará Estados Unidos, de lejos el primer contaminador per cápita del mundo, será crucial para la continuación de las negociaciones internacionales, que se desplazarán el próximo año a Durban, Sudáfrica. "La cuestión de si Estados Unidos estará a la altura de sus compromisos está en todas las mentes", señalaba en Cancún el ecologista Jake Schmidt, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.
Estamos lejos del ambiente que prevalecía hace dos años, cuando la llegada de Obama al poder suscitaba la esperanza del fin del escepticismo sobre el clima que predominó durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009).
El principal negociador estadounidense sobre el clima, Todd Stern, destaca que el acuerdo de Cancún debería satisfacer a los legisladores estadounidenses que insistieron en la importancia de la verificación de las medidas anti-calentamiento que serán tomadas por otros países como China. El fondo 'verde' será además dirigido por el Banco Mundial, a petición de Washington.
Sin embargo, Stern no se hace ilusiones sobre las posibilidades de resucitar la ley que había sido aprobada por la Cámara de Representantes en 2009 y que no llegó a ser siquiera discutida en el Senado a causa de las perspectivas de bloqueo por parte de la minoría republicana. El proyecto preveía un sistema de intercambio de derechos de emisión copiado del modelo europeo. "No tendremos de entrada los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley. Pero pienso que (Cancún) ayudará", afirmó.
El Congreso no tendrá que pronunciarse sobre el acuerdo de Cancún, pero deberá aprobar los financiamientos destinados a alimentar el futuro fondo 'verde' que estará dotado de 100.000 millones de dólares anuales por los países ricos. Senadores republicanos ya se comprometieron a combatir esa disposición. "Estados Unidos no tiene ningún interés en gastar miles de millones de dólares de los contribuyentes para combatir el cambio climático", escribieron cuatro de ellos a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Para Alden Meyer, especialista en cambio climático, será imposible convencer a los escépticos del calentamiento global, pero el acuerdo de Cancún es un paso en la buena dirección.
Si las discusiones hubieran fracasado, estos últimos lo hubieran aprovechado para decir "el resto del mundo no se toma las negociaciones en serio, ya lo habíamos dicho", argumentó Meyer. "Evitamos una derrota y obtuvimos alguna cosa positiva"

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