jueves, 20 de mayo de 2010

La intelectualidad francesa reconoce al español Vidal-Beneyto su contribución al progreso del pensamiento contemporáneo


PARÍS.- La intelectualidad francesa, comenzando por Edgar Morin, ha reconocido esta semana la contribución del profesor español, José Vidal-Beneyto, al progreso del pensamiento contemporáneo occidental durante un acto celebrado en la Embajada de España en París, al que asistieron más de 200 selectos invitados y se produjeron siete escogidas intervenciones.

El embajador español en la República Francesa, Francisco Villar, lo calificó de 'excepcional personalidad universal' y de un 'gran conspirador', en sentido positivo, porque siempre lo fue a favor de una verdadera democracia en España. Y tras reconocerlo como un 'europeista convencido', reveló que trabajó 'por el refuerzo de nuestras relaciones con Francia'.

La ex diputada, ex secretaria de Estado y ex ministra francesa Catherine Lalumière definió al intelectual español como 'un precursor de la dimensión europea', imaginativo, apasionado, infatigable...

El ex secretario general de la UNESCO y ex ministro español, Federico Mayor Zaragoza, buen conocedor de quien fue su estrecho colaborador tras llegar a París, resaltó su cosmovisión, su mediterraneidad, su afán de construir una alternativa a la globalización sólo financiera, su predilección por el futuro...

Reveló a los presentes que Vidal-Beneyto se definía como 'amigo de Edgar Morin, al que calificaba de su maestro, su hermano mayor'. Y luego su último pensamiento, decepcionado, de que en España 'la democracia se nos ha muerto por apatía y hay que resucitarla'.

'Era un gran conmocionador, un movilizador, "gratis et amore", que repartía esperanza desde la rebelión y nos ha legado el tesón para no recorrer dócilmente los senderos que nos trazan los que han hecho de la Tierra un mercado', sostuvo este catedrático de Bioquímica y amigo personal.

'Ahora nos queda su palabra', dijo finalmente, en alusión al último libro de Vidal-Beneyto, incompleto pero suficiente, "La corrupción de la democracia", que acaba de salir a las librerías españolas de la mano de 'Catarata', quien ha escrito el prólogo.

El pensador francés y europeo, Edgar Morin, dijo al hablar de Vidal-Beneyto, que era 'una fuerza de la Cultura, resistente ante esa misma naturaleza' y 'resistente hasta con la resistencia'.

La princesa María Teresa de Borbón-Parma reconoció su trabajo, siempre interesado, por España, por Europa, por América, por el Mediterráneo... 'Era un hombre de acción", dijo convencida antes de expresar que, 'decir Pepín, es una abreviación que no significa simplificación'.

El director de 'Le Monde Diplomatique', el profesor y periodista de origen español Ignacio Ramonet, comenzó diciendo lo mucho que le motivaba a Vidal-Beneyto su compañera Cécile para su reconocida imaginación creativa. 'Tenía un entusiasmo positivo que le movía a tener creatividad, era optimista y sabía contagiar su optimismo'.

También aludió a que Morin 'era su referencia permanente', a quien luego comprendió como 'organizador, motivador y movilizador', y se lamentó de su pérdida como 'profunda en el liderazgo del movimiento altermundista en España'.

Finalmente, el prestigioso abogado español Juan Antonio Cremades, ex presidente de la Cámara de Comercio Española en Francia y ex miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de París, constató que 'Pepín iba por delante, era constante, eficaz y fantástico junto a Cécile, abierto a América Latina y al Mediterráneo'.

La madre de su hija Vera y compañera inseparable e infatigable de Vidal-Beneyto en los últimos treinta y cinco años, la socióloga Cécile Rougier, agradeció las intervenciones y la asistencia de todos los presentes, entre quienes estaban, además, el intelectual francés Alain Touraine, la viuda del teórico francés Abraham Moles, el profesor español en París, Javier de Lucas, la directora general adjunta de la UNESCO, Françoise Riviere, el profesor y periodista francés, Denis Jeambar, el cónsul general de España en París, Carlos Carderera, y los embajadores de España ante la OCDE, Cristina Narbona, y el secretario general de la Unión Latina, José Luis Dicenta.

También asistió una representación de alumnos españoles, becados para su postgrado en el High European Studies College Miguel Servet, de París, fundado en su día por Vidal-Beneyto gracias a la colaboración de La Sorbona con la Universidad Complutense.

(Edgar Morin se dirige a los asistentes; en primer plano, de espaldas, Mayor Zaragoza)

Muere a los 84 años el inventor del cajero automático

LONDRES.- El escocés John Shepherd-Barron, a quien se atribuye la invención del cajero automático, ha muerto a los 84 años de edad. La idea, inspirada en las máquinas dispensadoras de chocolatinas, se le ocurrió en el cuarto de baño de su casa después de que le cerraran el banco, tras lo cual pudo convencer a Barclays para que instalase su primer cajero automático en el norte de Londres en 1967. En la actualidad hay alrededor de 1,7 millones de cajeros en todo el mundo.

"Se me ocurrió que podría encontrar la forma de sacar mi propio dinero en cualquier parte del mundo", declaró en 2007 a la BBC con motivo del cuadragésimo aniversario del primer cajero automático. "Me vino la idea a partir de un dispensador de chocolatinas, pero sustituyendo el chocolate por dinero", agregó.

A falta de tarjetas de plástico, los primeros usuarios sacaban su dinero mediante unos cheques especiales impregnados por un material ligeramente radiactivo. Las máquinas estaban diseñadas para reconocer los cheques y dispensar el dinero cuando el cliente introdujera su número de identificación personal (PIN).

La esposa de Shepherd-Barron le sugirió la idea de que los números de seguridad constaran únicamente de cuatro dígitos, porque consideraba que nunca sería capaz de recordar los seis dígitos previstos en principio. La idea prosperó.

Los bancos norteamericanos acogieron en principio este invento con bastante frialdad, por considerar que se trataba de "una idea absurda de los europeos que no se podrá vender en Estados Unidos", recordó el propio Shepherd-Barron. No obstante, una vez puestos en marcha, los cajeros automáticos triunfaron.

Nacido en India en 1925, de padres escoceses, Shepherd-Barron trabajó para el impresor de billetes de banco De La Rue y fue homenajeado en 2005 por la Reina Isabel II por sus servicios a la banca. Falleció este pasado sábado en Escocia después de una corta enfermedad.

No obstante, a Shepherd-Barron le ha salido un rival. Se trata del también escocés James Goodfellow, quien también ha sido homenajeado por la Reina por diseñar un cajero automático alternativo.

A juicio de Goodfellow, es incorrecto atribuir a Shepherd-Barron la invención del cajero. "No es por ser aguafiestas, pero él inventó un dispositivo radiactivo para retirar dinero", declaró a un diario escocés.

"Yo inventé un sistema automático con una tarjeta encriptada y un número PIN, justo el sistema que se utiliza hoy en día en todo el mundo", aseguró.