sábado, 8 de enero de 2011

La investigación sobre el espionaje a Renault apunta a China

NUEVA YORK.- La investigación que los servicios de Inteligencia franceses están desarrollando sobre el caso de espionaje industrial contra el gigante automovilístico francés Renault apunta a "intereses chinos", según informaron fuentes cercanas al caso al diario estadounidense 'Wall Street Journal'. 

   El Gobierno francés ha ordenado a los servicios secretos que emprendan una investigación particular sobre el robo de secretos empresariales a la empresa automovilística, que presumiblemente presentará el próximo martes una denuncia contra tres de sus ejecutivos, implicados en el caso y a los que ha suspendido cautelarmente esta semana de empleo y sueldo.
   Sin embargo, el Ejecutivo galo posee el 15 por ciento de la compañía, y ha decidido actuar sin petición previa de la junta directiva de Renault tras conocer que intereses chinos podrían estar detrás de estas actividades delictivas, de acuerdo con las fuentes consultadas por el rotativo estadounidense.
   De momento sólo se conoce la identidad de uno de los tres ejecutivos acusados. Se trata de Matthieu Tenenbaum, uno de los directores del programa de vehículos eléctricos de Renault, quien ha través de su abogado, Thibault de Montbrial, ha expresado su consternación y se mantiene a la espera de que se presenten cargos en su contra.
   En una entrevista, el letrado aseguró que la suspensión de su cliente se realizó "sin más explicaciones que unas cortas y enigmáticas frases: 'Sabemos lo que has hecho. Será mejor que confieses'".
   La compañía asegura que no se ha filtrado información tecnológica esencial sobre su programa de coches eléctricos. En particular sobre su costosa batería, que determina su tiempo de autonomía antes de que necesite ser recargada. Esta pieza y sus componentes electrónicos asociados son la columna vertebral del principal proyecto de futuro tanto para la compañía gala como para su socio japonés, Nissan Motor Co., quienes han invertido cerca de 4.000 millones de euros en investigación y desarrollo.
   Algunas fuentes de Nissan consultadas por el diario han expresado su preocupación sobre la posibilidad de que los tres ejecutivos acusados hayan podido compartir datos relativos al desarrollo del proyecto con personas ajenas al mismo, pero otras fuentes de la compañía japonesa insisten en que si bien Renault cuenta con información esencial sobre la batería, no tiene acceso ni a su proceso de fabricación ni a los datos relativos a la propiedad intelectual de la misma.
Desde París, el grupo automovilístico francés Renault aseguró que un colectivo internacional de "intereses económicos, tecnológicos y estratégicos" está detrás del caso de espionaje industrial revelado contra la compañía, que no obstante asegura que el daño no es tan grande como se creía en un principio, ya que no se ha visto comprometida información tecnológica esencial.
   El fabricante de vehículos galo anunció ayer la suspensión de empleo y sueldo de tres trabajadores de alto nivel por sospechas de que habrían revelado secretos, al parecer relacionados con el desarrollo de vehículos eléctricos.
   "Renault ha sido víctima de una red internacional organizada", aseguró este sábado el director general delegado de la compañía, Patrick Pelata, quien indicó que la decisión de suspender a estos trabajadores se adoptó tras una serie de investigaciones internas a raíz de una "alerta" declarada a finales del pasado mes de agosto tras detectar comportamientos en contra del "procedimiento ético" de la compañía.
    "Tras unas pocas semanas, llegamos a la conclusión de que nos estábamos enfrentando a una organización de intereses económicos, estratégicos y colectivos", indicó Pelata en una entrevista al diario galo 'Le Monde'.
   Pelata, que se negó a revelar la identidad de los trabajadores, aseguró sin embargo que no se ha sustraido información tecnológica esencial, si bien reconoció que algunos datos relativos al desarrollo del coche eléctrico pueden haber sido robados.
   "Creemos que podría haberse filtrado información relativa a la arquitectura de nuestros vehículos, los costes y el modelo económico del programa. Es serio, pero menos que si los datos robados fueran tecnológicos", explicó.
   Si bien Pelata indicó que la compañía desbarató a tiempo la operación, también reconoció que "Renault es una compañía globalizada, y por lo tanto se encuentra muy expuesta". 
"Está claro", indicó, "que la tecnología que desarrollamos genera todo tipo de codicia, especialmente cuando nos hemos posicionado como pioneros en el campo de los vehículos eléctricos".

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