martes, 25 de enero de 2011

Davos abre su foro centrado en inestabilidad económica y nuevo orden mundial

DAVOS.- La 41º edición del Foro Económico Mundial (WEF) se abre el miércoles en Davos (Suiza), centrada en la necesidad de estabilizar una economía planetaria sacudida por las secuelas de la crisis, entre ellas el problema de la deuda pública en la Eurozona y la 'guerra de monedas'. 

El nuevo orden mundial que se perfila con el afianzamiento de los países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China) es el otro gran eje de la cita de cinco días de la élite política y empresarial en la selecta estación de esquí de los Alpes suizos.
Entre los jefes de Estado y de Gobierno presentes en esta edición se encuentran el presidente francés, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro británico, David Cameron, y los mandatarios de México y Colombia, Felipe Calderón y Juan Manuel Santos.
Este martes por la noche aún no se había confirmado si el presidente ruso, Dimitri Medvedev, abriría el foro, a raíz del aplazamiento de su viaje a Suiza tras el sangriento atentado que tuvo lugar el lunes en un aeropuerto de Moscú.
Davos abre su encuentro anual después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentase este martes unas previsiones revisadas al alza de crecimiento mundial y para América Latina para 2011, mechadas con la advertencia de una larga lista de riesgos para la reactivación y los países emergentes en particular.
En su nuevo informe difundido en Johanesburgo, el FMI indicó que apostaba por crecimiento mundial de 4,4% para este año, frente al 4,2% de su anterior proyección de octubre. En el caso de América Latina y el Caribe, el Fondo decidió elevar su previsión de crecimiento del 4 al 4,3% para 2011.
Si la actividad económica en 2011 sería mejor de lo previsto, la economía mundial parece de todos modos desbordada por complejos problemas, secuelas de la peor crisis desde la posguerra y de los cambios ocasionados por el surgimiento de nuevas potencias.
"Tenemos en el mundo una situación en la cual el sistema político y las instituciones están simplemente desbordadas por la complejidad que deben afrontar", lo que significa una amenaza real de "agotamiento", explicó recientemente el fundador y presidente del WEF, Klaus Schwab.
Tres problemas sobresalen: la crisis ya permanente de la deuda pública en la Eurozona, la 'guerra de monedas' para proteger el crecimiento y las exportaciones nacionales en detrimento de los otros, y los conflictos sociales productos de los ajustes aplicados por los gobiernos y el desempleo en alza.
La presencia de Merkel, varios ministros de Finanzas europeos, el ministro de Comercio chino, Chen Deming; el secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, y el ministro de Exteriores brasileño, Antonio de Aguiar Patriota, promete interesantes debates sobre estos temas.
Para América Latina, la principal preocupación es la "guerra de las monedas", centrada en la baja cotización del yuan chino, combatida por Estados Unidos con una depreciación del dólar que termina por afectar las balanzas comerciales Norte-Sur.
Esta situación ha provocado la fuerte apreciación de las monedas de la región y un inmenso flujo de capitales que buscan mejores rendimientos y que hacen temer la creación de una burbuja especulativa.
"Se está destruyendo nuestra capacidad exportadora y, en cierta medida, se está matando la gallina de los huevos de oro", advirtió el lunes en París el presidente colombiano Santos, al criticar las política monetarias de los países desarrollados.
Otro tema clave es el futuro de la Eurozona, en plena turbulencia tras los rescates financieros de Grecia e Irlanda y la amenaza persistente de un contagio a Portugal y España.
Tras varias semanas de gran presión, los países ibéricos parecen haber logrado algo de oxígeno en el mercado de obligaciones de Estado, con colocaciones de bonos del Tesoro, en particular por parte de España, a tasas de interés menos exigentes.
Una tercera cuestión es la inestabilidad social a raíz del aumento de los precios de los alimentos y la inflación en general, como quedó demostrado en la reciente revuelta en Túnez que terminó con la caída del régimen de 23 años de Zine El Abidine Ben Alí.
Suiza movilizó unos 5.000 soldados para garantizar la seguridad de Davos, que tiene previsto recibir hasta el domingo a 2.500 responsables mundiales, entre ellos 35 jefes de Estado y de Gobierno.

Larga lista de riesgos

Dirigentes mundiales y altos cargos empresariales tendrán muchas crisis sobre las que discutir este año. La deuda soberana europea, la subida de la inflación, los temores de guerras comerciales y de divisas, el aumento en los precios de los alimentos y problemas continuos en el sistema financiero mundial suponen una serie de amenazas de las que hablarán los asistentes al Foro Económico Mundial. 

Más de 30 jefes de Estado, unos 1.400 líderes empresariales y ocho jefes de bancos centrales asistirán a la cita en Davos, un lujoso centro de esquí en Suiza, para la cumbre que comenzará el miércoles.
En un informe publicado antes de la reunión, el Foro Económico Mundial destacó el riesgo de que el estado calamitoso de las finanzas gubernamentales lleve a ceses de pagos de deuda soberana como una de las mayores amenazas que afrontará el mundo en 2011.
Klaus Schwab, que dirige el Foro, dijo que las naciones sufren de un "síndrome global de agotamiento" y que están demasiado débiles para lidiar con la serie de amenazas relacionadas que afrontan las empresas y gobiernos.
Por ello, el Foro lanzará en su reunión anual una red mundial diseñada para ayudar a los políticos y jefes empresariales a compartir información sobre riesgos potenciales.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que actualmente preside el Grupo de los 20 (G20), ofrecerá el jueves un discurso que se centrará en su agenda global del G-20: nuevas reglas para enfrentarse a la volatilidad en los precios de las materias primas, y evitar disturbios por alimentos y un crecimiento débil.
El aumento en los precios de los alimentos, el combustible y los metales ha reforzado la preocupación sobre la inflación. La situación también podría conducir al proteccionismo y el tipo de disturbios vistos en Túnez y Argelia en las semanas recientes.
Los altos precios de los alimentos también podrían golpear el gasto de consumo en los mercados emergentes de rápido crecimiento y poner en riesgo la frágil recuperación de la economía mundial.
"Si no hacemos nada (sobre los precios crecientes de los alimentos) corremos el riesgo de disturbios alimentarios en los países más pobres y de un efecto muy desfavorable en el crecimiento económico mundial", dijo Sarkozy el lunes.

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