jueves, 27 de enero de 2011

Las inundaciones amputarán medio punto el PIB 2010 de Australia

CANBERRA.- Las inundaciones que devastaron parte de Australia a finales de 2010 y principios de 2011 amputarán medio punto el producto interior bruto del año fiscal 2010, estimó este jueves la primera ministra, Julia Gillard. 

"Según las estimaciones provisionales del Tesoro, el crecimiento del PIB este año fiscal será amputado medio punto porcentual debido a las inundaciones", declaró la primera ministra ante el National Press Club.
"La mejor estimación provisional sobre el costo directo de estas inundaciones para el presupuesto federal es de 5.600 millones de dólares australianos" (4.070 millones de euros), añadió.
A principios de noviembre, antes de las inundaciones, el ministro australiano de Finanzas, Wayne Swan, indicó que apostaba por un crecimiento del 3,25% para el año fiscal 2010-2011.
A primeros de enero, los economistas avisaron de que las espectaculares inundaciones en el noreste de Australia, que destruyeron las cosechas y bloquearon la producción minera, mermarían ciertamente el crecimiento del país. Pero también señalaron que a medio plazo, el crecimiento se vería ciertamente impulsado por las obras de reconstrucción.

Nuevo impuesto

El Gobierno laborista australiano impuso el jueves un impuesto para la reconstrucción y redujo el gasto medioambiental para ayudar a financiar la recuperación de las devastadoras inundaciones de este mes, pero inmediatamente se encontró con la oposición de uno de los partidos que lo mantienen en el poder.


El plan iniciará posiblemente un acalorado debate en el Parlamento cuando vuelva a reunirse el próximo mes, ya que los diputados ecologistas están molestos por los recortes a los programas de energías renovables y los independientes están nerviosos por las consecuencias sobre el gasto regional, pero analistas dicen que es poco probable que ponga en peligro la mayoría del Gobierno, de un solo escaño.
Al menos 35 personas murieron en las inundaciones en los estados de Queensland, Nueva Gales del Sur y Victoria, que tuvieron lugar después de unas precipitaciones veraniegas récord debido al fenómeno climático de La Niña en el océano Pacífico.
El plan de la primera ministra, Julia Gillard, es la primera gran prueba para su gobierno de minoría, que se mantuvo en el poder el año pasado con una ventaja de un escaño después de las elecciones de agosto, apoyados por un único diputado verde y tres independientes en la Cámara Baja del Parlamento.
"Cuando pienso sobre las inundaciones y lo que ha pasado, no puedo evitar la tristeza", dijo Gillard en un discurso en el Club Nacional de Prensa. "Ninguno de nosotros puede. Pero luego miro hacia el futuro y sé lo que hay que hacer: invertir en la reconstrucción, invertir en el crecimiento futuro, gestionar la demanda y reformar para el futuro. Eso es lo que haremos".
La primera ministra explicó que el nuevo impuesto sobre los ingresos, que se aplicará durante 12 meses a partir de julio de 2011, recaudaría 1.800 millones de dólares australianos y que será del 0,5 por ciento en los ingresos anuales superiores a los 50.000 dólares australianos y del uno por ciento para los que ganen más de 100.000. Los hogares que han sufrido las inundaciones quedarán exentos.
Gillard dijo que las inundaciones, que cubrieron miles de casas, cerraron minas de carbón, arruinaron cosechas y destruyeron carreteras y vías de ferrocarril, reducirían el crecimiento económico en medio punto porcentual en el año fiscal que termina el 30 de junio, aunque los economistas esperan que el esfuerzo de reconstrucción reanime el crecimiento en 2011-2012.
Los economistas han calculado que el coste final de los daños provocados por las inundaciones será de al menos 10.000 millones de dólares australianos (unos 7.320 millones de euros), y algunas estimaciones duplican esa cifra.
Los impuestos y los recortes al gasto podrían perjudicar a la lenta demanda de los consumidores, dijeron, pero también podrían ayudar a aliviar la presión a largo plazo de una subida en los tipos de interés.
"Dado que los consumidores ya se muestran cautos, un nuevo impuesto no es algo positivo - es otro viento en contra", dijo Su-Lin Ong, un importante economista de RBC Capital Markets.
Pero Ong añadió que es correcto que la política fiscal siga siendo rigurosa, mientras el gasto en la reconstrucción podría fomentar el crecimiento en un momento en el que el comercio y el auge de la minería ya estaban tensando la capacidad adicional de la economía de 1,3 billones de dólares.
"Quita algo de presión a la política monetaria como la herramienta que hace todo el trabajo para contener la inflación", dijo Ong. "En general, nosotros sospechamos que las inundaciones tendrán un resultado neto positivo para la economía".

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