jueves, 13 de enero de 2011

El BCE se mostrará cauto sobre la compra de bonos

LONDRES.- El Banco Central Europeo probablemente dé pocas pistas sobre sus planes de compra de bonos, presionando en cambio a los gobiernos para que hagan más por controlar la crisis de deuda, mientras se mantiene en guardia contra las presiones inflacionistas. 

Los mercados financieros están esperando para ver si el BCE incrementa sus compras de bonos para apoyar a gobiernos como el de Portugal, el último en estar presionado para buscar un rescate internacional por una crisis que el banco quiere frenar antes de que llegue a España.
La fuerte demanda de los bonos a 10 años de Portugal en la subasta del miércoles y un pedido de los máximos responsables económicos de la Unión Europea de una red de seguridad financiera europea más fuerte podrían suavizar la presión sobre el BCE para que compre bonos.
El economista de J.P. Morgan Greg Fuzesi dijo que el presidente del BCE Jean-Claude Trichet debería dar la bienvenida a una petición de la comisión de asuntos monetarios de la UE para que los ministros de Finanzas intenten reforzar la próxima semana la capacidad efectiva de crédito del fondo de rescate.
"Si él suma su voz de apoyo (...) eso podría ayudar a empujar a Alemania y a algunos de los países que han sido más escépticos a apoyar esto", dijo Fuzesi en vísperas de la reunión del jueves del comité de política monetaria del BCE.
Las compras de bonos portugueses por parte del BCE han dado a Portugal algo de tiempo, pero aunque salió ileso de la subasta del miércoles los mercados siguen preocupados sobre la capacidad del país para autofinanciarse.
Con este telón de fondo, el BCE posiblemente ofrezca pocos indicios sobre el volumen futuro de sus compras de bonos, y el banco estaría deseando limitar las compras y mantener la responsabilidad sobre los gobiernos para que lidien con el problema.
Las compras siguen siendo una fuente de conflicto dentro del BCE. El jefe del Bundesbank, Axel Weber, ha dicho que no funcionan y deberían abandonarse.
"Trichet debería limitarse a consignar que el programa está en marcha y será ajustado según las necesidades", escribió el economista de UniCredit, Marco Valli, en un análisis.
Mantener ambiguos sus planes de compra de bonos le da al BCE un elemento de sorpresa cuando actúa, generando un mayor impacto.
La reunión del BCE será la primera desde que Estonia se unió a la eurozona el 1 de enero, elevando el número de países miembros a 17.
Se espera que el BCE mantenga los tipos de interés sin cambios, en un mínimo récord del 1 por ciento, pero las discusiones se centrarán también en el salto inflacionario del 2,2 por ciento el mes pasado en la eurozona, la primera vez en dos años en que sube por encima de la meta del banco del 2 por ciento.
El BCE podría cambiar su lenguaje sobre inflación, borrando la frase del mes pasado de que "las presiones inflacionarias en el mediano plazo siguen contenidas", pero esto es improbable.
Los analistas dicen que esperan que el BCE haya aprendido de su experiencia en 2008 cuando elevó los tipos de interés debido a una inflación alimentada por los precios del petróleo, justo en vísperas de la quiebra de Lehman que desató una crisis total en el sistema financiero global.

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