sábado, 29 de enero de 2011

El nuevo gobierno tunecino busca tranquilizar a la elite mundial en Davos

DAVOS.- El nuevo gobierno tunecino se presentó este sábado en el Foro de Davos para intentar tranquilizar a los empresarios y líderes políticos mundiales sobre la situación en el país después de la revuelta que terminó en la caída del régimen de Ben Alí. 

El nuevo gobernador del Banco Central tunecino, Mustafa Kamel Nabli, y el recientemente nombrado ministro de Transporte, Yacine Brahim, tuvieron un cálido recibimiento durante un seminario en el marco del Foro Económico Mundial (WEF) celebrado en la estación de esquí de los Alpes suizos.
A estos dos responsables se sumó luego el ministro de Comunicaciones, Sami Zaoui.
El objetivo era tratar de recuperar la reputación del país tras la revuelta popular que terminó en la caída del régimen de 23 años de Zine El Abidine Ben Alí.
"La democracia está instalándose. Incluso teniendo en cuenta la falta de tradiciones democráticas en el país, el pueblo ha mostrado un alto grado de madurez y un alto grado de responsabilidad", dijo Nabli a la prensa.
"La situación de seguridad ha vuelto casi a la normalidad, no voy a decir completamente a la normalidad porque todavía tenemos algunos lugares donde están pasando cosas", agregó Nabli, instando a los inversores a regresar a Túnez.
La revuelta contra Ben Alí afectó mucho la imagen de país seguro que tenía hasta el momento Túnez, destino turístico muy importante para los europeos.
Pero Nabli, que asumió su cargo diez atrás, y los ministros nombrados en el gobierno interino hace 48 horas, dijeron que la vida económica está volviendo rápidamente a la normalidad.
El ex empresario Brahim explicó que las acciones de las compañías en manos de miembros del clan Ben Alí han sido congeladas.
Pero las empresas continuarán funcionando y empleando gente, señaló Nabli, explicando que era necesaria la designación de administradores estatales mientras se investigaba la situación.
Zaoui dijo que el nuevo gobierno ha sido reconocido por todos sus vecinos, incluso aquellos que habían tenido vínculos con el régimen de Ben Ali.
Nabli criticó por último a las agencias internacionales de calificación financiera que degradaron la nota de la deuda soberana de Túnez cuando se inició la revuelta, afirmando que habían sobreactuado.

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