lunes, 24 de enero de 2011

La crisis petrolera en Bolivia provoca cambios en el ministerio de Hidrocarburos

LA PAZ.- La caída en la producción de petróleo, que obliga a Bolivia a realizar millonarias importaciones de combustible de Venezuela, llevó al presidente del país, Evo Morales, a cambiar de ministro de Hidrocarburos, en momentos en que analistas advierten que los pozos podrían agotarse y urgen inversiones. 

José Luis Gutiérrez, un ingeniero químico vinculado a la estatal petrolera YPFB desde hace dos décadas, se convirtió el domingo en el sexto ministro de Hidrocarburos en cinco años de gobierno de Evo Morales.
Su primer anuncio busca inyectar más recursos para la explotación de hidrocarburos líquidos y, a la vez, la sustitución del uso de gasolinas por gas natural.
"Una de las principales tareas será la búsqueda de hidrocarburos" y "encontrar mayores volúmenes de gas para llegar con gas a los lugares más alejados", dijo el ministro.
La caída en la producción de crudo en Bolivia contrasta con abundantes reservas de gas, que permiten exportar a Brasil, Argentina y abastecer el consumo interno.
Bolivia consume 35.000 barriles diarios de gasolinas pero sólo produce 5.000 diarios contra 10.200 que producía en 2006.
El declive en la producción de crudo -sumado al aumento en la demanda- ha obligado a importarlo, principalmente de Venezuela, y venderlo subvencionado, lo que le costó 360 millones de dólares en 2011, cifra que podría subir a 600 millones en 2011, según el presidente.
A finales de diciembre, Morales anunció un alza de hasta 83% en la gasolina pero tuvo que dar marcha atrás para contener a sus propias bases que amenazaron con una rebelión social.
El panorama es tan complicado que el crudo podría agotarse en 5 o 6 años si no hay inversiones, según un reciente informe de la privada Cámara de Hidrocarburos.
La Cámara explicó que unas de las causas del declive fueron "la ausencia de mercados que justifiquen nuevos montos en exploración y la incertidumbre generada por las modificaciones del marco jurídico para el sector petrolero".
Ante la falta de inversiones de las petroleras -que aducen inseguridad jurídica-, el ex viceministro de hidrocarburos Jorge Téllez, recomendó "establecer bien las reglas de juego" en una futura ley de hidrocarburos "para saber quién se va a llevar qué, cuánto ganará el país y cuánto la empresa de afuera".
De hecho, Morales reconoció que el precio del barril de petróleo en Bolivia (27 dólares contra cerca de 100 dólares en el mercado internacional) desestima cualquier inversión.
"Cualquier empresa va a invertir para recuperar su inversión y tener ganancias. La única forma es nivelar los precios de los carburantes en Bolivia y así cualquier empresa va a tener utilidades", afirmó Morales a comienzo de enero para señalar la necesidad de aumentar el precio del barril de crudo.
El precio de barril de petróleo fue fijado hace más de seis años por razones políticas en 27 dólares, a pesar de que en los mercados internacionales costaba de tres a cuatro veces más, lo que ha llevado desde entonces a tener combustibles a precios subvencionados en Bolivia.
De los 27 dólares, las empresas petroleras, privadas o estatales, que operan en Bolivia sólo acceden a 10, pues el resto se destina al pago de impuestos.
Todo este problema se da en un contexto en que la industria hidrocarburífera boliviana fue nacionalizada desde 2006.
El ex ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz, mentor de esa medida, opinó que en 2006 "debió procederse a la expropiación de acciones, dentro del orden constitucional vigente en ese momento".
Sin embargo, "para otras personas del entorno presidencial (que hicieron primar su criterio) se debía comprar ese monto accionario de Petrobrás, British Petróleum, Repsol y Total, con interminables negociaciones previas", concluyó.

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