lunes, 10 de enero de 2011

Un estudio canadiense prevé calentamiento global durante siglos

CALGARY.- El dióxido de carbono ya emitido a la atmósfera seguirá contribuyendo al calentamiento global durante siglos, haciendo a la larga que una enorme extensión de hielo antártico se hunda y eleve los niveles del mar, dijeron científicos canadienses. 

Ni siquiera el abandono total de combustibles fósiles y un freno en las emisiones podría evitar el desastroso calentamiento de las aguas en la Antártida y un aumento en la desertificación en el norte de Africa, señalaron los investigadores.
Aun así, muchas de las consecuencias negativas en el hemisferio norte, como la pérdida de hielo ártico, son reversibles. Eso significa que los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero no son trabajo y dinero perdido, dijo Shawn Marshall, profesor de geografía de la Universidad de Calgary y uno de los autores del estudio.
"Pero hay algunas partes del clima que tienen mucho de inercia y se tardarán muchos siglos antes de que empiece a retroceder", aseguró Marshall.
El estudio, liderado por Nathan Gillett del Centro Canadiense de Modelismo y Análisis Climático, fue publicado en la revista Nature Geoscience.
Usando simulaciones con un modelo meteorológico, los científicos estimaron los efectos sobre patrones climáticos durante los próximos 1.000 años frenando completamente las emisiones en 2010 y 2100.
Grandes diferencias de los impactos en varias regiones radican en los siglos que se tardan en que el calor circule desde el Atlántico Norte a través de las corrientes marinas del mundo y las profundidades oceánicas, dijo Marshall.
"La atmósfera se enfría bastante rápido cuando los gases atmosféricos bajan y la superficie del agua se enfriará, pero eso no llegará a las aguas más profundas del océano hasta dentro de mucho tiempo", indicó.
Las corrientes de aire en el hemisferio sur también pueden jugar un papel importante.
Como consecuencia de ello, en los próximos 1.000 años, la temperatura media del océano alrededor de la Antártida podría subir hasta 5 grados, provocando el hundimiento de extensiones de hielo en el oeste del continente blanco, según el estudio.
La eliminación del hielo, que cubre un área aproximadamente del tamaño de Texas y tiene un grosor de 4.000 metros, podría elevar los niveles marinos en varios metros.
Los cambios climáticos podrían ocasionar la desaparición de las tres cuartas partes de los glaciares alpinos de aquí al 2100, y más grave aún, el deshielo de una parte de la Antártida para el año 3000, lo que provocará un aumento de 4 metros del nivel del mar.
Estas investigaciones, publicadas por la revista Nature Geoscience, toman en cuenta dos de los aspectos menos conocidos de los cambios climáticos: su efecto sobre los glaciares y su impacto a muy largo plazo.
El primer estudio muestra que los glaciares de montaña perderán entre 15% y 27% de su volumen para 2100. Esto "podría tener efectos sustanciales para la hidrología regional y la disponibilidad del agua", advierte el análisis.
Ciertas regiones serán más afectadas que otras, en función de la altura de sus glaciares, la composición de su terreno y su localización, más o menos sensible al calentamiento climático.
Además, Nueva Zelanda podría perder en promedio un 72% (entre 65% y 79%, dependiendo del margen de error) de sus glaciares, y los Alpes un 75% (entre 60% y 90%). Sin embargo, los glaciares de Groenlandia sólo disminuirán en un 8% y los de las altas montañas asiáticas en un 10%.
Este deshielo debería provocar un aumento promedio de 12 cm en el nivel del mar de aquí a finales de siglo, añadió el estudio.
Estas cifras, que no toman en cuenta la dilatación de los océanos cuando se calientan, corresponde ampliamente con las estimaciones que el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) publicó en su último reporte de 2007.
Los geofísicos Valentina Radic y Regine Hock de la Universidad de Alaska realizaron sus cálculos a partir de un modelo informático que toma en cuenta datos recolectados en más de 300 glaciares entre 1961 y 2004.
Los científicos se basaron en uno de los panoramas promedio propuesto por el IPCC, el 'A1B', que conjuga crecimiento demográfico, económico y utilización de recursos energéticos más o menos contaminantes, y que además prevé un aumento de la temperatura planetaria de 2,8°C durante el siglo XXI.
Sin embargo, este modelo no toma en cuenta los casquetes polares de la Antártida y Groenlandia, que constituyen 99% del agua dulce del planeta.
Si uno de estos casquetes se derritiera de forma significativa, el nivel de los océanos aumentaría varios metros, inundando un gran número de ciudades costeras. Si se toma en cuenta el deshielo de la parte occidental de la Antártida, el nivel aumentaría cuatro metros.
Este panorama catastrófico resulta del segundo estudio realizado por la Universidad de Calgary en Canadá, que investiga sobre la inercia de los gases con efecto invernadero que, una vez emitidos, permanecen durante siglos en la atmósfera.
Además, aún si se detuvieran todas las emisiones de gases con efecto invernadero de aquí a 2100, el calentamiento continuaría durante varios siglos, reveló el estudio.
Estos resultados se basan en el panorama 'A2' del IPCC, bastante más pesimista que el primero, en cuanto a las emisiones de gas con efecto invernadero se refiere, y que prevé un aumento de temperatura de 3,4°C de aquí a finales de siglo.
En estas circunstancias, el calentamiento de las profundidades intermedias de los mares australes podría desencadenar un "gran derrumbamiento" de la parte occidental del casquete antártico de aquí al año 3000.

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