viernes, 14 de enero de 2011

Un fantasma económico amenaza España: la 'estanflación'

MADRID.- Es una de las peores combinaciones posibles: la economía no crece, está estancada, pero los precios suben cada vez más. Justo la situación en la que está inmersa España. En el tercer trimestre de 2010 hubo un crecimiento cero, pero los precios han cerrado el año con un incremento del 3%, desconocido en los últimos años, según plantea 'El Mundo'.

El fantasma se llama 'estanflación', del inglés 'stagflation', palabra compuesta a partir de 'stagnation', estancamiento, e 'inflation', inflación.
El fenómeno se complica aún más en España por lo rápido que ha sido el cambio de tendencia. De hecho, ha pillado por sorpresa a casi todos los organismos que habían hecho previsiones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), sin ir más lejos, pronosticaba hace apenas tres meses en su informe sobre "Perspectivas económicas Regionales" una tasa media de inflación en España del 1,5% para este año, y en el 1,1% el año próximo. Otras previsiones, como las de La Caixa, eran aún más optimistas: la entidad auguraba una inflación "baja" del 1% por la debilidad de la demanda.
Y es cierto que el consumo no ha vuelto a recuperarse desde el alza del IVA en el mes de julio, pero los precios están cada vez más altos. ¿Qué ha fallado?
"El dato inquietante ha sido la súbita subida de las materias primas", afirma Valentín Pich Rosell, presidente del Colegio de Economistas. "Aunque haya pillado de sorpresa a casi todos, las materias primas tienen una tendencia natural a subir, es una realidad a la que nos tenemos que acostumbrar".
El barril de Brent ya está rozando los 100 dólares, algo que preocupa especialmente en Europa, donde corren riesgo varios países como Portugal o la propia España. El Banco Central Europeo advirtió ayer mismo del peligro de superar esa barrera de precios en el petróleo para la recuperación de la eurozona.
Los consumidores, aunque sufrirán los efectos del alza de los precios, no serán los más perjudicados, según Pich.
"No está tan claro que las empresas puedan repercutir el precio en los consumidores", explica. Precisamente por el estancamiento en el que está sumida la economía, y con una atonía en la demanda, es difícil para muchas empresas, como las de transportes, trasladar los precios a los clientes, según el economista.
El efecto será posiblemente entrar en una especie de círculo vicioso: las empresas serán menos competitivas porque se devaluará su capacidad de compra frente a las de otros países, especialmente los emergentes, que pueden ser los grandes beneficiados de esta crisis.
Según Pich, por el lado de las empresas, siendo eficientes, gastando menos. "La subida de los recursos naturales es una realidad, así que habrá que ajustarse a esos cambios", advierte.
Por el lado del Gobierno, poco margen. Ya que las reformas necesarias para liberalizar la economía e incentivar la innovación y la especialización geográfica, factores que templarían mucho las cosas, necesitan tiempo. Pero el fantasma de la 'estanflación' no tiene paciencia.

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