viernes, 25 de febrero de 2011

La revisión a la baja de su crecimiento muestra los desafíos de EEUU en 2011

WASHINGTON.- La revisión a la baja anunciada este viernes del crecimiento de Estados Unidos en 2010 da cuenta de los desafíos que enfrentará la primera economía mundial en 2011: mantener el aumento del consumo en un contexto financiero difícil para las familias y el sector público. 

El departamento de Comercio bajó al 2,8% frente al 3,2% inicial su estimación de crecimiento en el cuarto trimestre en relación al mismo período anterior. Para el conjunto de 2010, el crecimiento sería de un 2,8%, contra el 2,9% estimado antes.
Se trata de una aceleración en relación al tercer trimestre (2,6%), pero una decepción para los analistas, que resultaron demasiado optimistas, dado que esperaban un alza del 3,3%.
La buena noticia del cuarto trimestre había sido el vigor del motor tradicional del crecimiento estadounidense, el consumo de los hogares, que representa un 70% del Producto Interior Bruto (PIB).
Este consumo aumentó un 4,1% en cifras anualizadas, menos de lo que el gobierno pensaba hasta ahora. Pero las familias no incrementaban tanto sus gastos desde fines de 2006, época de bajo porcentaje de desempleo y de optimismo.
El desempleo se mantiene elevado en la actualidad, en el 9,0% y los consumidores no están tan seguros de que sus ingresos aumentarán. Muchos intentan rehacer su economía después de haberse endeudado peligrosamente.
En 2011, estarán ayudados por una mejoría del mercado laboral y la prolongación de las reducciones de impuestos aprobada en diciembre por el Congreso, apuesta Augustine Faucher, un economista de la agencia Moody's, quien prevé un crecimento que "se fortalecerá a lo largo de 2011".
Joel Naroff, de Naroff Economic Advisors, no está tan seguro. "Con la explosión de los precios de la gasolina, las exoneraciones fiscales (...) servirán más para pagar (el costo de) la energía que para generar una nueva demanda", advirtió. Naroff considera "lento" el crecimiento actual, comparado con el que siguió a las recesiones de 1981-1982 o de 2001.
El cuarto trimestre de 2010 marcó el retorno del PIB estadounidense -medido en dólares constantes (corregido por los efectos de la inflación)- a un nivel superior al alcanzado a finales de 2007, antes de lo que los economistas llaman 'la gran recesión' de 2008-2009.
Pero ese crecimiento beneficia de forma muy diferente a los estadounidenses. Los exportadores son estimulados por la buena situación de algunos socios comerciales de Estados Unidos y el sector financiero acumula los beneficios (87.500 millones de dólares para el conjunto de los bancos en 2010). Por el contrario, el nivel de vida de los asalariados se estanca y el nivel de los contratos laborales sigue siendo muy insatisfactorio.
El Estado federal, los estados federados y los municipios locales son los que continúan afectados por la crisis.
Según el gobierno, "la economía estadounidense continúa en expansión, con un alza del crecimiento a finales de 2010 y un nuevo fortalecimiento esperado al comienzo de 2011", resumía el viernes el jefe de economistas del departamento de Comercio Mark Doms.
Pero los gastos públicos son ahora un factor negativo: quitaron 0,31 puntos al crecimiento. En consecuencia es ilusorio creer que habrá margen de maniobra presupuestario para medidas de reactivación si el crecimiento se debilita ante ciertos riesgos, como el alza del petróleo.
"La debilidad que subsiste en el empleo y el crecimiento de los ingresos, un exceso de oferta no despreciable en el mercado inmobiliario y la reconstitución de las finanzas del (sector) privado deberían continuar afectando la demanda privada", advirtió en su última nota de coyuntura el Fondo Monetario Internacional.

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