viernes, 11 de febrero de 2011

Obama pasa al Congreso el dilema sobre los bancos hipotecarios federales

WASHINGTON.- La Casa Blanca presentó el viernes tres alternativas para terminar las operaciones de los dos bancos hipotecarios más importantes del país -en bancarrota e intervenidos por el estado- pero será el Congreso el que tenga la última palabra. 

El Departamento del Tesoro dijo en un informe difundido el viernes que el gobierno debería retirar su apoyo en el mercado hipotecario a lo largo de cinco años o más, especialmente los bancos Fannie Mae y Freddie Mac, que han necesitado 150.000 millones de dólares del contribuyente estadounidense desde que fueron intervenidos por el gobierno en septiembre del 2008.
Las tres alternativas son: cesar el papel del gobierno federal en la garantía de la mayor parte de las hipotecas; respaldar el mercado hipotecario solamente en tiempo de crisis; o aportar una garantía gubernamental a las inversiones hipotecarias creadas por la industria privada.
En cualquier caso, el sector privado asumirá un mayor cometido en la financiación hipotecaria al reducir el gobierno federal la suya. El gobierno posee ahora o garantiza más del 90% de las hipotecas en Estados Unidos.
El informe fue difundido tras años de debate sobre cómo terminar la participación gubernamental en el mercado de la vivienda. Y las alternativas han sido igualmente discutidas durante años.
Al pasar la decisión al Congreso, la Casa Blanca se libra de uno de los problemas más complejos y políticos que encara el sistema financiero estadounidense. Empero, cualquiera de las tres alternativas casi con seguridad encarecerá las hipotecas.
Hay divisiones sobre cómo enmendar la forma de financiar el mercado inmobiliario de Estados Unidos, que asciende a los 11 billones (correcto) de dólares.
Muchos republicanos sostienen que Fannie y Freddie fueron una de las principales causas de la crisis inmobiliaria, al financiar un número extremadamente alto de hipotecas de alto riesgo _ hipotecas que pronto perdieron la totalidad de su valor por haber sido otorgadas a personas que no podían pagarlas, además de poner depósitos muy bajos o en muchos casos inexistentes.
Los demócratas sostienen que Fannie y Freddie se limitaron a seguir al sector privado, el pionero en la creación de las hipotecas basura.
Aunque los republicanos han pedido reiteradamente la extinción de Fannie y Freddie, otros sectores creen que una reducción drástica trastornaría el sistema financiero de bienes raíces, amenazando de una forma más general la economía estadounidense.

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