lunes, 7 de febrero de 2011

Crece el malestar en Europa por el plan alemán de austeridad

BRUSELAS.- El resentimiento crecía el lunes entre los gobiernos europeos por el plan instigado por Alemania para acabar con la indización salarial, aumentar la edad de jubilación y fijar límites a las deudas públicas en las constituciones de los países de la eurozona. 

El viernes pasado, la canciller Angela Merkel, apoyada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, presentó a sus socios europeos una propuesta para un "pacto de competitividad" que desató una fuerte reacción en contra debido tanto a la falta de consultas previas como a los objetivos escogidos.
Merkel dejó claro que el acuerdo en estas medidas, que pretende acercar las políticas económicas europeas a las alemanas, deberá sellarse en marzo para que ella acepte reforzar el fondo de rescate para los países más perjudicados por la crisis de la deuda.
"Las negociaciones serán duras, eso ya está claro. Pero queremos un acuerdo, y todavía hay algo de tiempo", declaró la canciller en una rueda de prensa tras reunirse el lunes en Varsovia con el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, y con Sarkozy.
Grecia, que ya está sometida a un duro plan de austeridad a cambio de un rescate de 110.000 millones de euros concedido por la UE y el FMI, ha dejado clara su oposición al intento de obligar a los estados miembros a cambiar su constitución si quieren encontrar asistencia financiera en el futuro.
"Rechazo categóricamente la idea de una decisión europea para intervenir en todas las constituciones nacionales", dijo el viceprimer ministro, Theodoros Pangalos, en una entrevista en el diario Ta Nea. "La idea de que esto sea una condición previa para unirse al plan de rescate alemán no me resulta atractiva".
La cumbre del viernes en Bruselas fue bastante agria, con muchas acusaciones de unos a otros por sus respectivos errores, según diplomáticos.
Bélgica, cuyo precario gobierno no puede permitirse una crisis social, se mostró contrario a acabar con la indización de los salarios a la inflación. Con este sistema, los sindicatos belgas aceptaron un recorte salarial el año pasado sin protestar porque la inflación había caído.
España, Portugal, Luxemburgo y Austria también tienen subidas salariales ajustadas automáticamente a la subida de los precios, por lo que todos ellos se oponen a acabar con este sistema.
A Italia, que tiene el segunda mayor cociente de deuda respecto al Producto Interior Bruto de la UE después de Grecia, no le gustó la propuesta de blindar los objetivos de reducción de deuda en las constituciones. Austria, por su parte, rechaza cualquier intento de ampliar a toda la UE una edad fija de jubilación o un sistema que vincule la edad de jubilación con las tendencias demográficas en cada estado miembro.
Irlanda, el segundo país europeo en ser rescatado y que depende de la inversión extranjera para ayudarla a recuperarse, no acepta la propuesta de un mínimo en los impuestos corporativos en la eurozona.
Un alto cargo de un país del sur de Europa que pidió no ser identificado dijo que el plan francoalemán afronta cuestiones que tienen poco o nada que ver con las causas de la crisis en la eurozona.
"Si tenemos que ponernos de acuerdo en un plan, la primera prueba es: ¿Si hubiéramos tenido este plan hace cinco años, se habría evitado la crisis? Un paquete que solo tenga normas fiscales más duras no habría evitado la crisis en Irlanda, España, Portugal, todos los cuales tenían unas finanzas públicas muy sólidas", aseguró.
"Algunos países solo atienden a las finanzas públicas y se olvidan del resto. Tengo la sensación de que hay demasiado énfasis en la reducción de la deuda", dijo el alto cargo de un país con una gran deuda pública.
En un intento de calmar tanto descontento, Merkel y Sarkozy evitaron las preguntas sobre las objeciones a su iniciativa y dijeron que esperan que Polonia se sume al "pacto de competitividad", aunque todavía no está en la eurozona.
Un diplomático europeo dijo que el primer ministro, Donald Tusk, preguntó directamente a ambos el viernes "si de verdad se creían que tenían el derecho de tratar a los demás de ese modo".
El lunes, Merkel dijo que Polonia ya tiene el tipo de límites constitucionales sobre la deuda que Berlín está intentando extender a otros países.
"Este pacto, donde hay muchas oportunidades de reforma, está abierto y nos gustaría ver a nuestros amigos polacos (...) participar, porque son un país favorable a las reformas con una tradición de consolidación".
Responsables franceses han dicho que las medidas incluidas en el pacto están abiertas a negociación, y Merkel dijo que está esperando recibir propuestas de la Comisión Europea.
Por su parte, el Banco Central Europeo reforzó su campaña para hacer que los países que quebranten la disciplina presupuestaria en la eurozona estén sometidos a sanciones automáticamente. Uno de sus integrantes, el presidente del influyente Bundesbank, Axel Weber, dijo que las reformas acordadas al Pacto Europeo de Crecimiento y Estabilidad han hecho algunas mejoras, pero no han ido lo suficientemente lejos.
Hay "demasiado espacio para la discreción en la interpretación y en aplicar las reglas", declaró en un discurso preparado para pronunciarlo en Tallin.

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