jueves, 17 de febrero de 2011

El G-20 busca acordar criterios frente a los desequilibrios económicos mundiales

PARÍS.- Los ministros de Finanzas del G20 se reúnen el viernes y el sábado en París con el fin de establecer indicadores comunes para medir los desequilibrios económicos mundiales, en el primer encuentro oficial bajo presidencia francesa del grupo de potencias desarrolladas y emergentes. 

En la reunión, que se lleva cabo en momentos en que los precios alimentarios baten récords, Brasil y Argentina se opondrán a cualquier intento de imponer un control de la cotización de las materias primas, un punto en el que el mundo desarrollado choca con el emergente.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha propuesto como objetivos de su mandato al frente del G20 hasta fin de año la reforma del sistema monetario mundial y un control contra la especulación en los mercados de materias primas, dos modos a su entender de defender a las economías pobres ante los actuales desequilibrios comerciales planetarios.
Pero si existe un compromiso en el seno del G20 para reducir esos desequilibrios -que han originado una 'guerra de divisas' por las medidas de varios países para impedir la valorización de sus monedas y favorecer sus exportaciones- los problemas surgen cuando se trata de saber cómo resolverlos.
El primer paso sería establecer indicadores económicos capaces de medir las diferencias entre los países, a fin de poner en marcha los procesos correctivos, aunque muchos ven ese sistema como un modo sutil de empujar a China a revaluar el yuan y reducir su descomunal excedente comercial.
"Nuestra expectativa es alcanzar un acuerdo sobre los indicadores el sábado", dijo esta semana la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde.
Según una fuente alemana, es "probable" un acuerdo sobre cinco criterios: saldo de cuentas corrientes, tasa cambiaria real, reservas cambiarias, déficit y deuda pública y ahorro privado.
Una vez acordados los criterios y examinado el estado de salud de cada economía, el G20 podría pedir la introducción de reformas a aquellos países que "se alejan demasiado del camino para un crecimiento internacional óptimo", explicó Lagarde.
En ese marco, el gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, instó este jueves a los países asiáticos a adoptar tipos cambiarios flotantes para ayudar a eliminar los desequilibrios económicos mundiales.
El responsable mexicano pidió además a los países desarrollados "consolidar" sus finanzas públicas, el otro punto clave a su entender para solucionar lo que calificó como el problema "más importante" que afronta el mundo a nivel económico.
Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) temen sin embargo que las potencias desarrolladas quieran recuperar su crecimiento poniendo un freno a la dinámica del mundo emergente, por lo que se esperan "discusiones bastante duras" en París, según una fuente cercana a las negociaciones.
Los BRICS llevarán a cabo una reunión preparatoria el viernes para tratar la cuestión de la evaluación de las economías del G20 y la reforma del sistema monetario internacional, entre otros temas, según el ministerio de Hacienda brasileño.
Ya el año pasado, en una reunión de ministros de Finanzas del G20 bajo presidencia surcoreana, China y otros países se habían opuesto por ejemplo a una propuesta norteamericana de establecer un límite del 4% del Producto Interior Bruto (PIB) para los desequilibrios de cuentas corrientes.
Frente a esta reticencia, que no abarca sólo a los países emergentes, sino también a grandes exportadores desarrollados como Alemania, existe un consenso para no referirse por el momento a objetivos en cifras a la hora de atacar el desfase existente entre países.
Los países emergentes también se muestran reacios a ceder a la pretensión de la presidencia francesa del G20 de imponer una mayor regulación en los mercados de materias primas, ante el fuerte aumento de los precios de los alimentos denunciado por la FAO (Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación).
"Brasil es totalmente contrario a mecanismos de control o regulación del precio de las 'commodities'", afirmó el martes el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega.
"Si ellos piensan que hay que aumentar la oferta de alimentos, no va a ser por este camino por el cual lo van a lograr", coincidió por su parte el titular argentino de Economía, Amado Boudou, antes de viajar a París.
Ante esta oposición prevista, Lagarde admitió que el debate sobre el tema en el G20 "quizás no tenga ningún efecto".

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