martes, 15 de febrero de 2011

Los puertos de la costa este de EEUU se preparan para la ampliación del Canal de Panamá

NUEVA YORK.- Los puertos de la costa oriental estadounidense, desde Nueva York a Miami, simplemente no cuentan con suficiente calado para servir a mastodontes como el CMA CGM Figaro, que tiene una eslora de 335 metros (1.100 pies) y capacidad para transportar 8.500 contenedores. Con la expansión del Canal de Panamá, que se espera sea concluida para el 2014, esos leviatanes podrán navegar entre Asia y la costa oriental estadounidense.

La ampliación "casi triplicará el tamaño de los navíos capaces de surcar el canal", dijo Kurt J. Nagle, presidente de la Asociación Estadounidense de Autoridades Portuarias.
Esos navíos necesitarán una profundidad mínima de 15 metros (50 pies) de agua para navegar con su carga máxima. Solamente un puerto en la costa oriental estadounidense cumple ese requisito _ el de Norfolk, en Virginia. Otros piden ahora centenares de millones de dólares del erario para dragar sus estuarios y ríos.
El puerto de Nueva York/Nueva Jersey, el más transitado de la costa oriental estadounidense, cuenta ya con un proyecto de 2.300 millones de dólares para dragar y llegar a los 15 metros de calado. Empero, el puente de Bayonne que cruza el canal es demasiado bajo para los nuevos navíos, y las autoridades portuarias sostienen que por lo menos necesitan otros 1.300 millones de dólares para elevarlo.
Savannah, el cuarto puerto estadounidense en número de contenedores en la costa oriental, quiere 588 millones para dragar 1,83 metros (6 pies) del río Savannah a lo largo de 56 kilómetros (35 millas) entre el océano y la entrada del puerto. El gobierno federal pagaría dos tercios de la obra.
"Este proyecto tiene importancia no solamente para el área sino para todo el sudeste" estadounidense, dijo el gobernador de Georgia Nathan Deal durante la visita que realizó el 28 de enero al puerto de Savannah.
Hasta los estibadores han arrimado el hombro en el puerto de Savannah, situado a 384 kilómetros del Capitolio de Georgia. La rama local del sindicato Asociación Internacional de Estibadores reunió a 600 de sus afiliados en un reciente acto para respaldar el proyecto.
Christopher Johnson, un estibador de segunda generación y uno de los 1.700 que tiene el sindicato en Savannah, dijo que barcos más grandes, con más carga, deberían crear más empleos para descargar las naves. Empero, Savannah podría perder estibadores en beneficio de la cercana Charleston, en Carolina del Sur, y Jacksonville, en la Florida.
Mientras tanto, las autoridades de Carolina del Sur buscan 400.000 dólares en fondos federales para un estudio de viabilidad para determinar si puede profundizar el puerto de Charleston de 13,72 metros (45 pies) a 15,24 metros (50 pies).
El puerto de Miami cuenta ya con el permiso necesario para dragar su fondo y ha pedido 75 millones de dólares con los que comenzar la primera fase del proyecto. Además, se iniciaron estudios para profundizar otros dos puertos de la Florida, los de Ft. Lauderdale y Jacksonville.
"Ciertamente, cada puerto espera tener un gran impacto" en el comercio marítimo, reconoció Bernard Groseclose, ex director general de puertos marítimos de Carolina del Sur y que es ahora asesor privado. "Todos repiten la misma historia: Nos estamos preparando para la expansión del Canal de Panamá".
Empero, conseguir la financiación necesaria podría ser más difícil.
Los fondos del erario utilizados en el dragado y los estudios requeridos para su aprobación en general eran incluidos en las partidas del presupuesto federal llamadas "earmarks", solicitados por los legisladores en beneficio de sus distritos. Empero, ese tipo de apropiación fue descripto como un despilfarro gubernamental en los comicios legislativos del 2010 que dieron a los republicanos la mayoría en la Cámara de Representantes.
Debido a ello, los legisladores republicanos tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado renunciaron por ahora a esas partidas y no está claro cómo podrán ser financiados esos proyectos con fondos federales.
Tanto Nagle como Groseclose concuerdan que no todos los puertos que desean profundizar su calado verán aprobados sus proyectos y no creen que cada puerto estadounidense deba ser ampliado lo suficiente para recibir los grandes barcos.

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