sábado, 12 de febrero de 2011

La inflación alimentaria podría propagarse por los países pobres

WASHINGTON.- El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) están advirtiendo a las regiones pobres que hasta ahora no se han visto afectadas por la escalada de los precios de los alimentos, como el África subsahariana y el Caribe, que se preparen para hacerle frente. 

La volatilidad de los precios de los alimentos llegó para quedarse, alertó el Banco Mundial, ante crecientes preocupaciones de que podría haber una nueva crisis alimentaria, solo tres años después de la última.
En algunas partes del mundo, las perturbaciones del abastecimiento vinculadas con el clima han elevado los precios, y existe la probabilidad de incrementos sustanciales de largo plazo.
Los problemas alimentarios serán abordados en los encuentros que mantendrá este año en Francia el Grupo de los 20 países industrializados y en vías de desarrollo.
La posibilidad de una crisis alimentaria total "es una preocupación y los países deberían estar preparándose para ella", dijo Hugh Bredenkamp, subdirector del Departamento de Estrategia, Políticas y Revisión del FMI.
El consejo del FMI a los Gobiernos que afrontan la subida de los precios alimentarios es que se enfoquen en medidas de protección social para los más pobres, que se resistan a las prohibiciones y los impuestos a las exportaciones que afectan a los mercados alimentarios globales, y que aseguren que los precios alimentarios más altos no se traduzcan en un ajuste monetario.
"El impacto directo de los precios de los alimentos sobre el IPC (índice de precios al consumo) es una cosa extraordinaria, en sí mismo no es inflación, por lo que los países deberían acomodarse (...) fijar metas monetarias para acomodar el impacto directo de las alzas de precios", dijo Bredenkamp.
"Pero los países deben ser cuidadosos para no permitir efectos secundarios, que si los precios de los alimentos suben, no se derramen a alzas de salarios o precios de otros productos", agregó.
Hasta ahora, las economías asiáticas han sentido los mayores efectos de la inflación alimentaria, mientras que los precios más altos también fueron uno de los motivos de la inestabilidad en Oriente Próximo, además de Egipto y Túnez.
A diferencia de la crisis alimentaria de 2007/2008, los precios más altos "aún no han afectado a todas las regiones del mundo", dijo Bredenkamp.
"Un área donde el impacto hasta ahora ha sido muy limitado es África subsahariana, donde las cosechas locales y el suministro local han estado mejores que el promedio", sostuvo.
"Eso no significa que sus importadores no enfrenten elevados costes de importación, pero ciertamente no hemos visto los grandes efectos inflacionarios que vimos en 2007/08", agregó.
Los precios globales de los alimentos están en niveles récord y el problema probablemente persista en los próximos meses, de acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU.
"Lo que está provocando esto son perturbaciones del suministro bastante localizadas que se han derramado a los mercados globales de materias primas, pero que no necesariamente tienen consecuencias para la demanda agregada y la oferta en otras partes", dijo Bredenkamp.
Tormentas catastróficas y sequías han azotado a los principales países productores agrícolas, incluyendo inundaciones y un enorme ciclón en Australia, además de tormentas invernales mayores en Estados Unidos.
La última crisis de los precios de los alimentos se disipó rápidamente en 2008 cuando el mundo entró en una recesión económica y la demanda bajó abruptamente.
Ahora, la demanda está repuntando de nuevo, en línea con una recuperación económica global liderada por las grandes economías emergentes.

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