lunes, 14 de marzo de 2011

La catástrofe japonesa hunde los valores del sector nuclear en las bolsas

PARÍS.- El sector nuclear recibió el lunes un brutal golpe en las plazas bursátiles mundiales, debido al temor de una catástrofe en Japón, que provocó las primeras medidas en Alemania y Suiza de congelar o suspender proyectos nucleares. 

Los inversores castigaron a las compañías que construyen reactores nucleares o les suministran combustible el lunes mientras Japón trataba de evitar un derretimiento en un reactor afectado, ante el temor de que el sector en su conjunto esté ante un punto de inflexión, al menos a corto y medio plazo.

Las autoridades japonesas luchaban este lunes para evitar un grave accidente nuclear tras las explosiones en la central de Fukushima, dañada a raíz del violento sismo y el devastador tsunami del pasado viernes.
La canciller alemana Angela Merkel anunció el lunes que suspendía por tres meses la decisión ya adoptada por su gobierno de prolongar la vida de las centrales nucleares en Alemania.
Lo que pasa en Japón "cambia la situación, en Alemania también", declaró la canciller en conferencia de prensa. "No podemos actuar como si no hubiera pasado nada", añadió.
Pese a la oposición de una mayoría de alemanes, el parlamento había decidido el pasado otoño boreal prolongar 12 años en promedio la duración de vida de 17 centrales nucleares.
En Suiza, las autoridades anunciaron este mismo lunes la suspensión de los proyectos de renovación de sus centrales nucleares.
Tras una reunión con expertos, la ministra suiza de Energía Doris Leuthard "decidió suspender los procesos en curso que conciernen los pedidos de autorización general para las centrales nucleares de sustitución", informó su ministerio en un comunicado.
En este contexto, los principales valores del sector cayeron con fuerza en las bolsas europeas: en Alemania, EON y RWE perdieron 5,26% y 4,77% respectivamente.
Los dos grupos energéticos controlan lo esencial de las 17 centrales nucleares del país, junto a un tercer operador, una filial del grupo público sueco Vattenfall.
En la bolsa de Paris, EDF (Electricité de France, 80% de la electricidad del país es de origen nuclear, ndlr) cayó 5,28%. El grupo nuclear público, Areva, (90% controlado por el Estado), cerró la jornada con una muy fuerte pérdida de 9,61%.
El problema no proviene de un riesgo directo para estos grupos franceses, muy poco presentes en Japón, sino de un fuerte freno a su programa nuclear, según varios expertos interrogados por la AFP.
En Wall Street, la mayor baja del índice Dow Jones la registró el conglomerado industrial General Electric (-2,16% a 19,92 dólares), que fabricó los reactores de la central nuclear de Fukushima 1, escenario de varias explosiones.
Los grupos energéticos que explotan centrales nucleares en Estados Unidos también fueron castigados: Constellation Energy (-0,89% a 32,16 dólares), Duke Energy (-1,36% a 18,18 dólares) o Exelon (-0,63% a 42,89 dólares).
Las empresas mineras Denison Mines (-22,49% a 2,55 dólares) que extrae uranio y el grupo de exploración Uranium Energy (-19,18% a 3,92 dólares), se hundieron.
Es difícil saber si a largo plazo las acciones de estos grupos se verán afectadas, ya que se ignora de momento la magnitud de la catástrofe en Japón.
Sin embargo, dos escenarios parecen posibles: "O bien resiste el recinto de confinamiento de la central japonesa, y la fugas radioactivas son casi inexistentes, lo que tranquilizará a los mercados", según un analista.
O bien "hay un segundo Chernobyl y entonces más vale vender las acciones que uno tiene en Areva", ilustra otro experto.
La catástrofe de Chernobyl en 1986 paralizó gran parte de los programas de desarrollo nuclear durante mas de 15 años.
El tema de una moratoria en las construcciones de centrales nucleares, que quitaría credibilidad al sector durante mucho tiempo, sólo sería concebible de momento en paises como Alemania o Suiza, a tenor de las medidas anunciadas el lunes, según los expertos.
"No creo que Inglaterra, Francia o China cambien su política nuclear, pero sí es posible que haya retrasos en los proyectos" en este sector, asegura Bertrand Lecourt de Deutsche Bank.
Paradójicamente, según ciertos analistas, la catástrofe japonesa podría favorecer el desarrollo del reactor de tercera generación EPR llevado a cabo por el francés Areva.
"Es un producto difícil de vender, porque es muy caro, pero algunos países se verán obligados quizá a pagar más por algo más sólido, con un recinto de confinamiento más robusto", añadió el experto.
Pero los analistas dijeron que la industria podría recuperarse del revés de los mercados conforme se disuelvan las percepciones negativas, y que el actual descenso de precios podría ser una oportunidad para comprar.
"El derretimiento es una palabra muy fuerte en la mente de las personas, así que creo que el sentimiento público probablemente va a cambiar en contra de la energía nuclear", dijo Edward Sterck analista de BMO Capital Markets Edward Sterck. "Pero no pienso que este sea el final de la industria nuclear".
"Con el bombo que algunos comentaristas están dando, diciendo que es el final de la energía nuclear, creo que vamos a ver posiblemente una reacción exagerada de los precios de las acciones. En algún momento habrá apreciaciones".
La crisis de Japón, ya el peor accidente nuclear desde Chernóbil en 1986, afectó a gigantes de la energía como General Electric y Hitachi, junto a productores de uranio como Cameco y Areva, y eléctricas como Entergy y Exelon.
Los reactores nucleares fueron diseñados para soportar terremotos, pero el seísmo del viernes fue el mayor registrado en 140 años, y un devastador tsunami arrasó la energía de reserva, causando o agravando los problemas.
Mientras la agenda de las cadenas de noticias de 24 horas se centran en la posibilidad de un derretimiento en uno o más reactores en Japón, los analistas dicen que el mercado necesita tiempo para recuperarse de las pérdidas.
"Tenemos que controlar esos reactores antes de que la gente comience a ver la situación con un poco más de perspectiva", dijo Sterck.
La energía nuclear suponía cerca de un tercio de la generación energética de Japón antes del terremoto, y el daño ha planteado dudas sobre el futuro de la industria en el país.
Japón ha cerrado 11 de sus 53 reactores desde el seísmo, reactores que el analistas de Dahlman Rose Anthony Young dijo que consumían unos 154.221 kilos de uranio al mes.
Las instalaciones en Japón, de unos 40 años, fueron diseñadas de forma muy diferente al reactor de Chernóbil, con unos contenedores adicionales para evitar una explosión letal.
El lunes, en respuesta a la presión pública contra el desarrollo nuclear, algunos países europeos anunciaron retrasos o cambios en sus planes nucleares.
Algunos analistas dijeron que países con contratos en vigor para construir nuevos reactores tendrían que pagar una fuerte cantidad por incumplimiento de contrato si cancelan los planes, y futuros planes energéticos de numerosas naciones dependen de la suma de energía nuclear.
"Continuamos extremadamente optimistas en las perspectivas para el uranio y la generación de energía nuclear", dijo Young en una nota. "Creemos que la construcción de reactores en China, India y Rusia continuará".

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