martes, 29 de marzo de 2011

Bullard (Fed) cree que la retirada de las medidas de estímulo no debe depender de las incertidumbres globales

PRAGA.- El presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, ha subrayado que la política monetaria estadounidense no puede ser "ultra-acomodatacia" de forma indefinida y ha defendido que la institución no puede "esperar a que se resuelvan todas las incertidumbres mundiales" para normalizarla. 

   Durante su intervención en un foro financiero y bancario celebrado en Praga, Bullard remarcó que el proceso de normalización de la política monetaria, una vez que se haya iniciado, va a dejar todavía "una política acomodaticia sin precedentes". "La estrategia de salida fue ampliamente discutida en 2010 y el debate es probable que se reavive en 2011", reconoció.
   Bullard explica que la normalización de la política monetaria implica la retirada del 'quantitative easing' y un regreso de los tipos de interés a niveles asociados a una "moderada expansión". Pese a ello, reconoció que este proceso llevará tiempo y que se trata de la parte más difícil del ciclo económico para un banco central.
   En este sentido, señaló que las perspectivas de crecimiento en Estados Unidos han mejorado "de forma considerable" a principios de 2011 respecto al pasado verano y apuntó que, tras mejorar las previsiones desde que se puso en marcha el 'Quantitativa Easing 2', el debate natural es "cómo y cuándo debe comenzar la salida".
   Sin embargo, reconoció que han surgido "incertidumbres adicionales" que han empañado esta imagen de crecimiento, como las crisis de Oriente Medio y Norte de África, y la consecuente incertidumbre en el precio del petróleo; el desastre natural de Japón y los daños provocados en las centrales nucleares; la situación fiscal en Estados Unidos y la posibilidad de una caída del Gobierno; y la continuada incertidumbre en la resolución de la crisis de deuda soberana en la eurozona.
   Bullar subrayó que el riesgo que suponen estas cuatro situaciones puede empeorar, lo que haría que fuera "menos claro" el cómo y el cuándo se debe iniciar la normalización de la política monetaria. "En cambio, la perspectiva más probable es que las cuatro situaciones se resuelvan sin que provoquen shocks macroeconómicos globales", agregó.
   El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció en noviembre la puesta en marcha de un nuevo programa de recompra de bonos a largo plazo del Tesoro ('Quantitative Easing') por un importe de 600.000 millones de dólares (426.000 millones de euros) hasta finales del segundo trimestre de este año.
   Al mismo tiempo, la institución presidida por Ben Bernanke ha mantenido los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, su nivel histórico más bajo desde diciembre de 2008.

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