viernes, 11 de marzo de 2011

EEUU podría haberse librado de los peores daños del maremoto japonés

WASHINGTON.- Estados Unidos podría estar fuera del principal peligro de un maremoto causado por un seísmo cerca de Japón, dijo el viernes la Casa Blanca, aunque los habitantes de algunas zonas del norte de California fueron evacuados como precaución. 

"La ola del tsunami ha pasado por Hawái y no parece que haya ningún impacto enorme, lo que es tremendamente alentador", dijo el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, en un encuentro del Consejo Exportador del Presidente.
Sigue habiendo algún riesgo en la costa oeste del país, "pero creo que el enorme temor que había hace unas horas (...) ha disminuido en gran medida, lo que es un alivio para todos", añadió.
Un portavoz de la agencia de emergencia del estado de California había advertido de la posible llegada de olas de hasta dos metros de altura.
Canadá también emitió una advertencia de tsunami para algunas zonas de Columbia Británica. El Gobierno dijo que creía que se había generado un maremoto de bajo nivel que podría dañar los edificios en la costa o crear fuertes corrientes en puertos y zonas costeras aisladas. Los ayuntamientos fueron advertidos para que evacuaran inmediatamente los puertos deportivos, las playas y otras áreas por debajo del nivel normal de las mareas.
El enorme terremoto de 8,9 grados de magnitud en Japón, que podría haber causado centenares de muertos en este país, desató advertencias de tsunami en la mayor parte de la cuenca del Pacífico, desde Canadá hasta Sudamérica.
En Hawái, a unos 6.200 kilómetros de distancia, las primeras olas comenzaron a subir de manera sostenida en las playas del sur de la isla de Oahu, aunque no se informó de daños.
Los aeropuertos de al menos tres de las principales islas, Maui, Kauai y la gran isla de Hawái, fueron cerrados como precaución, y la Marina de EEUU ordenó a todos los buques de guerra en Pearl Harbor que permanecieran atracados para dar apoyo a misiones de rescate, en caso necesario.
En California se evacuaron a vecinos en los condados de Del Norte y San Mateo, dijo el portavoz de la Agencia de Gestión de Emergencias del estado, Jordan Scott, que no dio cifras de evacuados.
Las autoridades también ordenaron evacuaciones en zonas bajas de la isla estadounidense de Guam, en el Pacífico oeste, aunque la advertencia fue levantada unas horas después y se reabrieron las carreteras.
El primer país latinoamericano en la fila para recibir el golpe del tsunami es México, que calcula que olas de entre uno y dos metros llegarán a la península de Baja California a partir de las 16.44 GMT, después de atravesar Hawái.
Aunque fue declarada la alerta y consideró al tsunami un "peligro moderado", el Gobierno mexicano exhortó en un comunicado a suspender las actividades en el mar y la navegación. Y ya habían comenzado algunas evacuaciones en pequeños pueblos del estado de Sonora, como Rosario, Escuinapa y San Ignacio.
Además la mayoría de los puertos del Pacífico estaban cerrados, incluyendo el petrolero Salinas Cruz y los de carga de Lázaro Cárdenas y Manzanillo. La mayoría del crudo mexicano se exporta por los puertos del Atlántico.
"No esperamos que suceda nada similar a lo que vimos en Japón", dijo Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional mexicano, a una cadena de televisión local.
Donde el especialista espera el mayor impacto es en Chile.
Las olas, que avanzan a unos 800 kilómetros por hora, golpearían las costas chilenas a las 22.55 GMT en la isla de Pascua, cuyos habitantes fueron evacuados hacia la parte más alta de la isla volcánica en medio del Pacífico.
Pero en la parte continental de Chile las cosas funcionaban con normalidad. Las escuelas, los puertos y la refinerías petroleras del mayor productor mundial de cobre seguían abiertas, mientras autoridades vigilaban el maremoto.
El presidente Sebastián Piñera, que llegó al poder poco después del terrible maremoto de 8,8 grados y los tsunamis posteriores de hace un año que causaron la muerte de más de 500 personas, pidió a sus compatriotas que permanecieran alertas en sus rutinas diarias.
En Perú, el presidente Rafael Correa declaró el estado de emergencia, movilizó a miles de policías y militares a zonas costeras y ordenó evacuar a los habitantes de estas regiones y de islas como Galápagos, un popular destino turístico con flora y fauna única en el mundo.
En la vecina Colombia, las olas de hasta dos metros llegarían a partir de las 00.00 GMT del sábado. El Gobierno colombiano mantenía la alerta en la costa del Pacífico. Pero el puerto de Buenaventura, desde donde se embarca gran parte del comercio colombiano incluyendo las exportaciones de café, funcionaba con normalidad.
En Centroamérica, donde la mayoría de los países son castigados por huracanes e inundaciones frecuentemente y sufren de una extendida pobreza, las autoridades estaban en alerta.
En El Salvador habían comenzado algunas evacuaciones en poblaciones costeras según medios, y en Nicaragua Defensa Civil dijo que en unas horas más decidiría si evacuaban los pueblos y ciudades costeras, dependiendo del riesgo.

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