sábado, 26 de marzo de 2011

El crudo tampoco da respiro / Katia Monteagudo

El precio del barril de petróleo continúa en ascenso y los pronósticos resultan poco halagüeños para un mundo donde son cada vez más frecuentes las catástrofes naturales y los conflictos.

  Hoy el crudo tiene el valor más alto de los últimos dos años, aunque en el transcurso del actual podría ser superior a los del 2008, los más elevados hasta ahora.

A mediados de marzo, el barril llegó a los 120 dólares y desde entonces su valor ha retrocedido a los 112, aproximadamente.

Desde el pasado diciembre ya se vislumbraban dramáticos ascensos, según los cálculos de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Para la fecha ni se pensaba en una alarma nuclear global, luego del terremoto y el tsunami en Japón, ni en las explosiones sociales en casi todo el norte africano y países del Oriente Medio.

Tampoco entró en los cálculos la actual guerra de la OTAN contra Libia, país que aporta casi el dos por ciento de la producción global de crudo.

Libia es uno de los cuatro principales productores en su continente, el duodécimo exportador mundial, y suministra la mitad del consumo de Italia, Francia y Alemania. Igual alberga las mayores reservas de África, calculadas en 44 mil millones de barriles por la OPEP.

En la actualidad, la producción libia (un millón 600 mil barriles por día), está recortada casi a la mitad. Desde el 22 de marzo suspendieron allí sus operaciones la petrolera francesa Total, la española Repsol y el grupo italiano ENI.

Analistas concuerdan que mientras las tensiones geopolíticas continúen en ese país, el mercado del crudo se mantendrá presionado y los inversionistas seguirán cobrando una prima de riesgo sobre el precio de equilibrio.

También afirman que el actual alza es impulsada por la incertidumbre, el rumor y la actividad especulativa en los mercados de futuros.

Los máximos ganadores del río revuelto siguen siendo los especuladores financieros y las grandes compañías petroleras. Estas últimas duplicaron sus beneficios en el 2010.

ExxonMobil, Chevron y ConocoPhillips, las tres grandes de Estados Unidos, aportaron en conjunto cerca de 60 mil millones, después de gastos e impuestos. Los beneficios de la empresa anglo-holandesa Shell también se duplicaron. Hoy, a nivel global, el barril oscila entre los 105 y 115 dólares, como promedio, pero los análisis apuntan a valores entre 120 y 150 dólares para finalizar el presente año.

Con los números actuales se produce una mayor presión sobre los costes de los alimentos, ya en crisis desde diciembre de 2010. Ni imaginar lo que espera en los meses por transcurrir. Según análisis, menos ingresos y empleos, y mucha más hambre.

Igual ascienden vertiginosamente los costos del transporte y de las materias primas fundamentales, por todo el mundo. La aeronáutica civil está siendo una de las primeras en sentir los embates de la escalada en los combustibles, además de los mercados de insumos agrícolas, y de los metales.

Nobuo Tanaka, director ejecutivo de la AIE, advierte que si el petróleo sigue por encima de los 100 dólares por barril, será inevitable otra crisis como la del 2008, cuando llegó a cotizarse a 147 dólares cada unidad.

Fatih Birol, el economista jefe de la AIE, afirma que hay mayores probabilidades de un descarrilamiento de la economía, si se mantienen por el resto del año los actuales precios del crudo.

Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional, asegura también que los actuales costos podrían dañar el crecimiento económico global.

Ernesto Cordero, secretario de Hacienda en México, reconoce el riesgo de estos ascensos, ya que los energéticos son el principal insumo de la actividad industrial en el planeta.

Tras el avivamiento de las tensiones en el norte africano, específicamente en el territorio libio, no pocos bancos comenzaron a revisar sus previsiones para este año.

Expertos de Societe Generale, una de las principales empresas europeas de servicios financieros, creen que el barril de Brent estará en torno a los 98 dólares, por incremento de la demanda y de las primas ante los actuales riesgos geopolíticos.

No obstante, la firma norteamericana Goldman Sachs, una de las más certeras en el mundo a la hora de los pronósticos, no ve el panorama mucho mejor.

A su entender, en las próximas semanas esperan un rango de cotización para el Brent entre 105 y 110 dólares por barril.

El Bank of America-Merrill Lynch predijo un valor promedio de 122 dólares por barril, a partir del segundo trimestre.

También Citigroup, Commerzbank y la Administración de Información de Energía, de Estados Unidos, subieron sus proyecciones en los números citados para el resto del año.

Pero la preocupación real, y la razón que se esconde tras este repunte, es el riesgo de que la inestabilidad se extienda a otros países del Oriente Medio, especialmente a Arabia Saudita, la cual cubre más de la décima parte de la demanda mundial.

El australiano Benson Wang, de Commodity Broking Services, dice que hay que preocuparse si esos conflictos llegan hasta la nación saudita.

Analistas concuerdan que de ocurrir, los precios llegarían a más de 200 dólares el barril, evento sin precedentes, ante el que no se sabe cuál sería la reacción en los mercados y los gobiernos.

El norteamericano Michael T. Klare, reconocido profesor de paz y seguridad mundial, afirma que el reciente aumento de precios no es más que un leve y temprano temblor del terremoto por venir.

Apenas está comenzando el fin de una era que no dará el menor respiro, ni hoy, ni mañana.

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