domingo, 27 de marzo de 2011

El Gobierno británico reitera su voluntad de introducir recortes drásticos pese a las protestas


LONDRES.- El ministro de Negocios, Innovación y Capacitación británico, Vince Cable, ha reafirmado este domingo la voluntad del Gobierno de seguir adelante con las duras medidas de ajuste económico que implican un importante recorte del gasto público a pesar de la protesta que este sábado reunió a medio millón de personas en Londres. 
 
El Gobierno, dijo Cable, "escucha" a los sindicatos, convocantes de la protesta del sábado, pero se mostró rotundo en la defensa de la política de reducción del gasto. "No vamos a cambiar la estrategia económica de base", apostilló. "Ningún gobierno, de coalición, laborista y otro, cambiaría su política económica fundamental solo por una manifestación de este tipo", dijo.
Cable ha reconocido que el Gobierno ha tenido que tomar "decisiones difíciles", pero es "uno de los gobiernos más fuertes que ha tenido nunca este país y afronta una gran crisis financiera". Si los recortes fueran menores, o más dilatados en el tiempo, el Gobierno habría tenido que pedir más dinero prestado, algo "muy difícil" dada la actual situación de los mercados financieros.
Así, defendió que la reducción del déficit público se está haciendo de una "forma sostenible". "Por supuesto que hay presión sobre el nivel de vida y el motivo es que ahora somos un país más pobre. El PIB ha caído más del 5 por ciento durante la crisis financiera y ahora que está siendo absorvido por la deuda pública, eso no era sostenible", dijo en declaraciones a la BBC.
Por otra parte, las autoridades han informado este domingo de que durante la protesta se detuvo a 201 personas, principalmente implicados en los disturbios entre jóvenes y fuerzas de seguridad posteriores a la manifestación principal. Los arrestados se encuentran repartidas por 21 comisarías de Londres.
El balance de heridos se ha situado en 84, la mayoría leves. Entre ellos hay al menos 31 policías que fueron agredidos por los grupos de lo que los medios de comunicación han descrito como "anarquistas".
Los grupos violentos atacaron varios símbolos emblemáticos del capitalismo londinense en Piccadilly, las calles Oxford y Regent y en la plaza de Trafalgar. En los enfrentamientos se emplearon botellas de agua, monedas y bombillas rellenas de amoniaco.
"No les llamaría manifestantes. Están implicados en actividades criminales con sus propios fines. Ya dijimos que habría problemas. Hemos minimizado el daño causado. Nunca tendremos suficientes agentes para proteger todos los edificios del centro de Londres. Es sencillamente imposible", ha explicado el responsable del dispositivo policial desplegado durante la manifestación, el comandante Bob Broadhurst, en declaraciones recogidas por la edición digital del diario 'The Guardian'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario