lunes, 14 de marzo de 2011

El l tsunami daña la economía japonesa

TOKIO.- Japón trataba el lunes de evitar una fusión en una planta nuclear dañada tras una explosión de hidrógeno en un reactor y la exposición a barras de combustible en otro, días después de un devastador seísmo y un tsunami que han causado al menos 10.000 muertos. 

Las carreteras, los trenes, el suministro de energía y los puertos han sufrido interrupciones en gran parte del noreste del país y las estimaciones sobre el coste del desastre subieron a 170.000 millones de dólares (unos 122.000 millones de euros). Los economistas creen que la economía podría volver a sumirse en una recesión.
Las acciones japonesas cerraron con una caída de más del 7,5 por ciento, eliminando 287.000 millones de dólares de capitalización de mercado en la mayor caída desde el peor momento de la crisis financiera de 2008.
Japón luchó durante el fin de semana para prevenir una catástrofe nuclear y aliviar la situación de millones de personas que se han quedado sin luz o agua, en lo que el primer ministro Naoto Kan describió como la peor crisis del país desde la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades creen que el seísmo del viernes, de magnitud 8,9, y el tsunami que le siguió posiblemente causaron más de 10.000 muertos. La agencia de noticias Kyodo dijo que 2.000 cadáveres se hallaron el lunes en sólo dos localidades costeras.
"Es una escena infernal, absolutamente una pesadilla", dijo Patrick Fuller, de la Federación Internacional de la Cruz Roja, desde la ciudad costera de Otsuchi.
"La situación aquí es de no creer, casi todo ha quedado destruido. El Gobierno está diciendo que murieron 9.500 personas, más de la mitad de la población pudo haber muerto y temo lo peor", agregó.
La mayor preocupación en el complejo nuclear de Fukushima, ubicado a 240 kilómetros al norte de Tokio, es que se produzca una fuga radiactiva.
La agencia de noticias Jiji informó de que las barras de combustible en el reactor número dos habían quedado totalmente expuestas y que no podía descartarse una fusión. El operador de la planta confirmó que quedaba poca agua en el reactor.
La explosión ocurrió en el reactor número tres, dos días después de que se registrara otra en el número uno.
El temor es que si las barras de combustible no se enfrían podrían derretir el contenedor que alberga el núcleo, o incluso explotar, lanzando material radiactivo a la atmósfera.
El contenedor del núcleo del reactor número tres en la planta Fukushima Daiichi estaba intacto, informó el Gobierno, pero advirtió a quienes aún se encuentran dentro de la zona de evacuación de 20 kilómetros a la redonda de que no salgan al exterior.
El operador de la planta, Tokyo Electric Power Co (TEPCO), dijo que 11 personas resultaron heridas en la explosión.
Kyodo informó de que 80.000 personas fueron evacuadas de un radio de 20 kilómetros en torno a la planta nuclear dañada, sumándose a los más de 450.000 evacuados previamente desde las áreas golpeadas por el seísmo y el tsunami en el noreste del país.
El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernóbil en 1986, provocó las críticas de quienes piensan que las autoridades estaban mal preparadas para un terremoto tan potente y para la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.
Un responsable nipón dijo antes de la explosión que se confirmó que 22 personas habían sufrido contaminación radiactiva y que hasta 190 podrían haber sido expuestas. Trabajadores con trajes protectores usaban escáneres manuales para revisar a las personas que llegaban a los centros de evacuación.
Buques de guerra y aviones estadounidenses que ayudaban en las tareas de ayuda se alejaron temporalmente de la costa por la radiación de bajo nivel. La Séptima Flota Estadounidense dijo que se había tomado esa decisión como medida de precaución.
Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Filipinas dijeron que evaluarán las importaciones de alimentos japoneses por si tuvieran radiación.
Casi dos millones de hogares estaban sin energía en el norte del país, informó el Gobierno, y casi 1,4 millones no tenían agua potable. Decenas de miles de personas están desaparecidas.
La nación vio cómo pueblos y ciudades fueron borrados del mapa por un muro de agua, lo que desencadenó un esfuerzo internacional de ayuda humanitaria de proporciones épicas.
Las estimaciones del impacto económico están empezando a conocerse. Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo en una nota a clientes que las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares sólo en la región afectada por el seísmo y el tsunami.
El terremoto ha forzado a muchas firmas a suspender la producción, y las acciones de las mayores compañías japonesas se derrumbaron el lunes, cuando Toyota cayó casi un 8 por ciento.
La compañía de modelos de riesgo AIR Worldwide dijo que las pérdidas aseguradas por el seísmo podían alcanzar los 35.000 millones de dólares.
Firmas internacionales afrontaban interrupciones en sus actividades debido a que el seísmo y el tsunami destruyeron infraestructuras vitales, dañaron puertos y derribaron fábricas que suministraban desde componentes de alta tecnología hasta acero.
Este fue el terremoto de mayor intensidad que golpea al país desde que comenzaron los registros hace 140 años.

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