domingo, 6 de marzo de 2011

Kurt N. Schacht: "Las instituciones financieras volverán a meternos en problemas"

VIGO.- El estadounidense Kurt N. Schacht se licenció en Químicas, pero orientó su carrera hacia las instituciones financieras y los fondos de inversiones. Dio un giro para centrarse en la promoción de estándares éticos en las finanzas, al frente del CFA Institute, y asesora a la comisión del Mercado de Valores estadounidense. Este experto que visita España para difundir sus ideas, asegura en 'Faro de Vigo' que el mundo no está económicamente mejor que hace tres años.

–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿La crisis acabará cuando la banca vuelva a ser una actividad aburrida?”

–Me gusta eso. No veo una voluntad política firme de arreglarlo. Los bancos siguen aislados y con una decidida voluntad de volver a la situación previa a la crisis. Insisten en involucrarse en todas las líneas de negocio, y no estamos en mejor situación que hace tres años.

–“Demasiado grandes para caer” significa que hay instituciones financieras más poderosas que los estados.

–Así parece. No hemos resuelto el problema de las instituciones financieras demasiado grandes para caer, por lo que volverán a meternos en problemas y asistiremos a otro efecto dominó.

–Paul Volcker, asesor de Obama y ex presidente de la Reserva Federal, sostiene que la última innovación bancaria de alguna utilidad fue el cajero automático.

–Estamos muy próximos a él y a la regla Volcker, que se opone a las inversiones altamente especulativas de los bancos como vía para prevenir una recaída en la crisis.

–Usted predica la “integridad de los mercados”, un oxímoron.

–Esperamos que no, pero atravesamos un terreno difícil y los servicios financieros gozan de la reputación más baja de su historia. Se necesita un cambio dramático, para que no se centren en el sueldo y las compensaciones de sus ejecutivos.

–Esa obsesión por la paga no ha cambiado.

–Hemos de imponer controles para que los ejecutivos trasladen la obsesión por sus percepciones a la preocupación por las ganancias de sus clientes.

–¿Cuál debería ser la diferencia ética de salarios entre la cúpula y la base de una empresa?

–Los consejos de administración deberían prestar una atención especial a esa diferencia y estrecharla, pero no me atrevo a dar porcentajes.

–Los mejores cerebros se van al mundo financiero, lejos de la economía real.

–Los fondos de inversión son la gallina de los huevos de oro, y sus cargos ejecutivos atraen a las mentes más brillantes. Estamos pagando cinco o seis veces más a un ingeniero financiero que a un ingeniero real, que crea algo tangible. Hay que abordar la motivación.

–¿Cómo sabe un inversor que su dinero no va a la industria de armamento o algo peor?

–Esta pregunta nos conduce a un grave problema: la alfabetización de los inversores. Hasta la fecha, esa cultura se mantiene a niveles atroces a escala global. El inversor debería preocuparse por los fundamentos de su actividad; la información sobre el destino de su dinero está a disposición del público.

–¿A qué empresa concreta se refiere cuando habla de ética?

–Hay un montón de empresas éticas por el mundo. Por desgracia, los servicios financieros han extendido el manto de la sospecha sobre compañías manufactureras, sin nada que ver con los excesos a que hemos asistido.

–¿Todo el mundo habla de gobernanza de las empresas porque nadie sabe lo que es?

–La gobernanza es el equilibrio entre el triángulo de poder conformado en una empresa por los ejecutivos, el consejo de administración y los accionistas. Todos ellos comparten la responsabilidad en el funcionamiento.

–Madoff no fue el único culpable del hundimiento de los mercados.

–Tiene la misma conexión con lo ocurrido que otras personas, que no serán responsabilizadas ante los tribunales. No hay demasiados ejemplos de personas juzgadas por la crisis, y también aquí deberíamos preguntarnos por qué.

–¿Ve a España necesitada de un rescate?

–No estoy familiarizado, pero sé que atraviesan ustedes una situación dura, no muy diferente a la de Estados Unidos. Nos enfrentamos al dilema del huevo y la gallina, porque la confianza de los consumidores es la clave y, cuando se recupere, se crearán puestos de trabajo. Sin embargo, no crecerá hasta que no haya empleos, y sumen a ello los precios disparados del petróleo.

–Se educó usted como científico. ¿La economía es una ciencia?

–Se trata más bien de un arte. La economía es mucho más imprecisa de lo que piensan los ciudadanos, y también más inexacta que las ciencias físicas.

–¿Necesitamos otra crisis para espabilar?

–Cuando nos golpea la crisis, tratamos de comportarnos a la altura de la situación, por lo que esa caída puede propiciar una reforma de los sistemas de regulación. Es preferible a confiar en que el Dow Jones suba cuatro mil puntos, para que todo vuelva a ser como antes.

–¿Un inversor confiaría en alguien como Obama?

–El jurado todavía no se ha pronunciado, pero Obama no puede hacerlo solo, y las instituciones financieras se opondrán a la reforma con uñas y dientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario