miércoles, 23 de marzo de 2011

La cumbre de UE sobre la salida de crisis, empañada por las dudas sobre Portugal

BRUSELAS.- La Unión Europea celebra mañana jueves y el viernes una cumbre destinada a armarse de un arsenal de medidas para salir de la crisis de la deuda soberana en la zona euro, pero la incertidumbre sobre la situación financiera en Portugal amaga con abrir de nuevo la caja de los truenos. 

Después de meses de intensas negociaciones, los líderes de la Unión Europea (UE) prevén acordar en Bruselas el refuerzo del fondo de rescate para los países de la zona euro en apuros financieros, con el fin de tranquilizar de una vez por todas a los mercados y garantizar la estabilidad de la moneda única.
Europa quiere demostrar que aprendió las lecciones del endeudamiento público masivo de sus gobiernos, que en 2010 forzó el rescate internacional de Grecia e Irlanda.
Concretamente, la UE está llamada a dotar al fondo de rescate temporal y al permanente que lo reemplazará a mediados de 2013 de una mayor capacidad de préstamo y de la facultad de comprar en los mercados deuda pública de los países más frágiles de la Eurozona para obtener intereses más bajos.
Alimentado con fondos y garantías de los 17 países de la zona euro, el fondo actual tendrá una capacidad de préstamo de hasta 440.000 millones de euros y el permanente, de 500.000 millones de euros.
Los 27 también esperan endurecer las normas de disciplina fiscal para evitar nuevas derivas de las arcas públicas y adoptar un acuerdo que bautizaron como 'Pacto por el Euro', llamado a incentivar la competitividad de sus economías.
Este documento, pese a ser aplicable sobre una base voluntaria, ha levantado las protestas de los sindicatos europeos porque promueve la moderación salarial y vincula más que nunca la evolución de los sueldos a la productividad. Miles de personas son esperadas el jueves en Bruselas convocadas por los sindicatos para denunciar lo que consideran un pacto "profundamente injusto" para los trabajadores.
El arsenal anti-crisis, laboriosamente negociado para ser adoptado en esta cumbre, puede además quedar en un segundo plano si en la tarde de este miércoles el Parlamento portugués rechaza el nuevo programa de austeridad del Gobierno. En ese caso, el primer ministro, José Sócrates, podría verse empujado a dimitir, agravando la crisis económica del país y precipitando una ayuda financiera internacional, según muchos analistas.
El interés de las obligaciones lusas batieron el jueves un nuevo récord, superando el 8%, al tiempo que el Estado se enfrenta al próximo vencimiento, el 15 de junio, de unos 9.000 millones de euros de deuda.
Por otro lado, los dirigentes europeos podrían chocar en los últimos detalles del plan contra la crisis de la deuda, lo que dejaría la aprobación definitiva de varios puntos para el mes de junio. Alemania quiere modificar el calendario de contribuciones de los países de la zona euro al fondo de rescate permanente, calculadas en función de su participación al Banco Central Europeo (BCE), según la prensa alemana.
Por su parte, Finlandia, en pleno periodo electoral, excluye decidir en esta cumbre el aumento de las garantías nacionales para el fondo temporal.
Paralelamente, Irlanda también centrará los debates por el reclamo de su primer ministro, Enda Kenny, de que la Eurozona abarate las condiciones del préstamo que obtuvo en 2010. Sus socios exigen en contrapartida a Dublín que acepte elevar su impuesto de sociedades, uno de los más bajos de Europa y criticado por fomentar la deslocalización de empresas del continente a la isla.

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