domingo, 27 de marzo de 2011

Las cajas de ahorro españolas luchan a contrarreloj para captar fondos

MADRID.- Las cajas de ahorros españolas están luchando por captar capital privado ante la fecha límite del lunes marcada por el Banco de España para detallar sus planes de inyección de liquidez para elevar sus niveles de capital principal hasta los niveles exigidos por la nueva legislación 

Hasta el momento, los únicos inversores privados que han manifestado abiertamente en público su intención de destinar fondos a las cajas de ahorros han sido los fondos soberanos de Qatar y Abu Dabi. También el banco central de noruega dijo el sábado que está estudiando invertir en la pequeña banca española.
El Gobierno español, luchando por evitar convertirse en la mayor economía de la zona euro que necesita un rescate internacional, ha pedido a las cajas de ahorro que incrementen sus reservas de capital para eliminar la incertidumbre sobre la estabilidad del sistema financiero.
El Gobierno ha pedido a las cajas de ahorro que incrementen sus niveles de capital hasta el diez por ciento, cifra que se rebaja al 8 por ciento si cumplen una serie de requisitos, como la presencia de inversores privados en su accionariado o la salida a bolsa. Si no, se verán abocadas a pedir que el Estado entre en su capital.
Muchos fondos de inversión privados estadounidenses han llevado a cabo valoraciones de las cajas de ahorro.
"Hay mucho interés en las cajas, particularmente de fondos de inversión, y ellos han hecho su trabajo. Pero no van a pagar cualquier precio", dijo una fuente financiera conocedora de la situación.
Los inversores están al tanto de la cantidad de activos inmobiliarios y suelo que pesa en el balance de las cajas de ahorro tras una década de boom inmobiliario que se colapsó hace tres años.
"El movimiento lógico desde el punto de vista de un inversor es, si te preocupa lo que hay en el balance y el comportamiento futuro, pedir una rebaja en el precio", afirma Francisco Uría, socio de KPMG en España.
El conflicto del precio no es fácil de resolver, declara Uría, pese a la flexibilidad de las cajas dado que no tienen ni dueños ni accionistas.
"La situación real es que nadie quiere vender en malas condiciones", asevera.
La patronal de las cajas españolas, CECA, ha realizado giras por Oriente Próximo y Asia en busca de promesas de inversión de inversores privados como los acaudalados fondos soberanos.
El director ejecutivo de la CECA Jorge Gil dijo a Reuters Kuwait durante el 'roadshow' con inversores que estaba "tremendamente confiado" en que los bancos creados a partir de las cajas de ahorro pudieran lograr ofertas de inversión concretas, pero desde entonces pocas han llegado.
Qatar prometió 300 millones de euros de inversión para las cajas de ahorro en febrero y Abu Dabi ha dicho que invertiría 150 millones de euros en una caja de ahorros que no mencionó. Noruega no ha dado cifras sobre la cantidad que podría invertir.
Todo esto parece una gota en el océano de 15.000 millones de euros de necesidades de capital para el sector de las cajas según las cifras del Banco de España.
La agencia de calificación crediticia Moody's estima que las necesidades podrían elevarse a 50.000 millones de euros si se incluyen las cifras de pérdidas estimadas para la cartera inmobiliaria.
Las dos mayores cajas, La Caixa y Bankia, han dicho ambas que pretenden saltar al parqué, así como Banca Cívica, un pequeño banco resultante de la fusión de cajas de ahorro del norte de España y de las Islas Canarias.
El último recurso para las entidades si no logran captar capital mediante inversiones privadas o salida a bolsa es solicitar una inyección de capital del FROB, que comprará acciones de las entidades que pidan ayuda estatal.
El FROB puede mantener la inversión hasta cinco años, con una opción para las cajas de recomprar las acciones durante los dos primeros años si el Gobierno logra beneficios de la operación.
La ayuda estatal será temporal, afirma el Gobierno, y no tendrá impacto en el déficit, contra el que España lucha para poder cumplir con los límites marcados por la Unión Europea.
España debe decidir cómo valorar las acciones de las cajas de ahorro. Evolution Securities dice que no debería hacerlo a un precio superior a 0,7 veces su valor en libros.
"Aceptando valoraciones cercanas al valor en libros no sólo tendría justificación fundamental", afirma el analista de Evolution Securities Arturo de Frias.
"También pondría en riesgo algo de la credibilidad ganada con las recientes reformas estructurales".

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